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Batalla del Fuerte de los Camellos

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Batalla del Fuerte de los Camellos
Parte de guerras de los diádocos

Partición del imperio de Alejandro Magno según lo pactado en Babilonia a su muerte
Fecha Finales de mayo del 320 a. C.[1]
Lugar Este del delta del Nilo
Conflicto Victoria de Seleuco
Resultado Muerte de Pérdicas y Antípatro de Macedonia asume la regencia
Cambios territoriales Pacto de Triparadiso
Combatientes
Regencia de Macedonia Satrapía de Egipto
Comandantes
Pérdicas  Ejecutado Ptolomeo
Fuerzas en combate
25.000[2]​-40.000[3] 20.000-25.000[4]

La Batalla del Fuerte de los Camellos[5]​ fue un enfrentamiento militar librado en 320 a. C., durante la primera de las guerras de los diadocos, los generales sucesores de Alejandro Magno, donde se enfrentaron Pérdicas, regente o guardián del imperio (epimeleta),[nota 1]​ y Ptolomeo, sátrapa de Egipto. El combate finalizó con una decisiva victoria de Ptolomeo, quien logró rechazar la invasión del regente. Debido a su fracaso, Pérdicas fue asesinado por sus oficiales poco después.

Antecedentes

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Regencia de Pérdicas

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En 323 a. C., Alejandro Magno murió en Babilonia sin un claro heredero, lo que de inmediato generó problemas.[6]Pérdicas fue nombrado quiliarca[nota 2]​ con su rival Meleagro como lugarteniente.[8][9]​ El medio hermano del difunto rey, Arrideo, quien tenía problemas mentales,[10]​ fue nombrado su sucesor con el nombre de Filipo III y se decidió repartir las satrapías entre los guardaespaldas de Alejandro (somatophylakes).[11]​ Luego, el regente hizo asesinar a su rival.[12]​ Entre tanto, Roxana dio a luz al hijo póstumo de Alejandro, quien fue aclamado también como rey por los soldados.[13]​ El gobierno de Egipto se otorgó al lágida Ptolomeo, el de Paflagonia y Capadocia al griego Eumenes de Cardia[14][15]​ y el de Macedonia a Antípatro, entre otros;[16]​ se puso a Seleuco como comandante de la caballería pesada llamada compañeros (hetairoi).[17]

Para aliarse con el poderoso Antípatro, Pérdicas solicitó casarse con su hija, Nicea.[18]​ Sin embargo, sintiéndose seguro con la tutela de los dos reyes y con el control de los ejércitos, creyó innecesaria esa alianza.[19]​ Deseaba unirse a la familia real, para lo cual solicitó la mano de Cleopatra, hermana de Alejandro, y así reclamar el trono. Sin embargo, lo hizo en secreto, así que tuvo que casarse con Nicea, pero Antígono se enteró y decidió apartarlo.[20]​ Luego, realizó acusaciones contra este último para juzgarlo y ejecutarlo, pero Antígono se adelantó y huyó al oeste junto a su familia y amigos más cercanos.[21]​ En Egipto, Ptolomeo asesinó a Cleómenes de Náucratis, sátrapa designado anteriormente por Alejandro y se apoderó del país.[22]​ Cleómenes probablemente servía como agente y espía de Pérdicas.[23]​ Luego, se dedicó a nombrar como administradores y oficiales a sus partidarios.[24]

Conflicto con Ptolomeo

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Pérdicas dejó el transporte del cuerpo de Alejandro a cargo del general Arrideo. Según Diodoro y Justino, debía ser llevado al templo de Amón.[25][26]​ En cambio, Pausanias dice que el cuerpo del rey era llevado a Egas (Vergina) para ser enterrado ahí.[22]​ En 322 a. C.,[27]​ el cadáver reposaba en un ataúd de oro repleto de especias para impedir los malos olores[28]​ y con una cubierta áurea recubierta con una manta real púrpura bordada en oro.[29]​ Se trasladaba en un carruaje adornado por oro, piedras preciosas[30]​ e imágenes de Alejandro en un carro, sus guardaespaldas, elefantes, soldados macedonios y barcos de guerra.[31]​ En cada esquina había una gran campana y una estatua de Nike.[32]​ Era movido por 74 mulas fuertes y adornadas bellamente.[33]​ Tal era su belleza que por donde pasaba la gente se acercaba para verlo,[34]​ por lo que era escoltado por soldados y sirvientes, habiendo demorado casi dos años en construirse.[35]

Pérdicas, representado en un libro del siglo XVIII.

Según Pausanias, Ptolomeo logró convencer a los soldados de entregárselo y lo llevó para darle los ritos fúnebres en Menfis.[22]​ En cambio, Diodoro afirmaba que el general Arrideo decidió no enviarlo al templo de Amón, sino a Alejandría.[35]​ Ptolomeo fue con su ejército hasta Siria, donde recibió el cuerpo al decir que debía llevarlo al lugar donde el rey había deseado ser sepultado.[36]​ Lo cierto es que Ptolomeo acabó por construir un mausoleo fastuoso en Alejandría, donde quedó el cuerpo,[37]​ y muchos hombres se unieron a él, instalándose en la ciudad y sumándose a su ejército, pues el cuerpo se convirtió en un poderoso símbolo.[38]

Pérdicas vio el prestigio obtenido por Ptolomeo como una amenaza y decidió ir con ambos reyes en una expedición para acabar con el sátrapa de Egipto.[39]​ La verdad es que al robar el cuerpo, Ptolomeo había cometido un desafío intolerable a la autoridad del regente y debía ser castigado.[23]​ Entre tanto, Antípatro y Crátero habían derrotado una gran rebelión de las polis griegas,[40]​ pero entonces llegó Antígono con noticias de que Pérdicas planeaba casarse con Cleopatra y marchar contra ellos.[41]​ Estupefactos, enviaron una embajada a Ptolomeo para acordar una alianza contra el regente.[42]​ Entre tanto, Pérdicas y sus oficiales decidieron acabar primero con Ptolomeo y luego marcharían sobre Macedonia. Se mandó a Eumenes con un considerable ejército a Pisidia para vigilar el Helesponto y evitar a sus enemigos cruzar.[43]

Fuerzas enfrentadas

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Pérdicas

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Al morir Alejandro, su ejército debió contar con unos 2.000 jinetes y 13.000 infantes de origen macedonio,[44]​ 30.000 jóvenes persas entrenados como macedonios, apodados epigonoi,[45][46][47][48]​ 20.000 infantes persas armados en su forma tradicional, un número desconocido de cossais y tapuris,[49]​ 30.000 infantes y 6.000 jinetes mercenarios de origen griego[50]​ y una fuerza no especificada de llegada de Caria y Lidia poco antes de su fallecimiento.[51]​ Además, Crátero retornaba a Macedonia con 10.000 macedonios, 1.000 arqueros y honderos persas y 1.500 jinetes.[52]

Estas fuerzas quedaron a disposición del regente, quien debió contar con una expedición numerosa y experimentada.[1]​ Y eso a pesar de tener que desprenderse de muchas tropas para defender Asia Menor de Antípatro.[53][54][55][56]​ La egiptóloga británica Miriam Stead estimaba que el ejército del quilarca sumaba 20.000 infantes y 5.000 jinetes.[2]​ En cambio, el historiador Paul Johstono estimaba que Pérdicas mandó unos 20.000 hombres con Eumenes y dejó otros 10.000 con su hermano Alcetas, mientras él mismo marchaba con unos 30.000, como máximo 40.000, a Egipto.[3]

Ptolomeo

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Las fuentes indican que Alejandro había dejado como guarnición en Egipto a 4.000 soldados y 30 trirremes.[57]​ Estos serían macedonios heridos o viejos, incapaces de continuar sus campañas. Sin embargo, el tamaño de la guarnición indica la importancia que se le dio a la satrapía desde un principio.[58]​ Se añade que Ptolomeo usó los 8.000 talentos que encontró en el tesoro de la satrapía para contratar un ejército de mercenarios.[59]

También se menciona que en sus últimos años Alejandro hizo reclutar a 6.000 pajes egipcios para entrenarlos[60]​ como guerreros macedonios y poder hablar en griego.[61]​ Estos jóvenes pudieron ser reclutados entre colonias de griegos, macedonios, judíos y carios que había en el país, pero por el tamaño del contingente probablemente la mayoría fueran étnicamente egipcios o libios.[62]​ Programas similares se desarrollaron para 30.000 jóvenes de la meseta iraní[45]​ y 3.000 de Licia y Panfilia[63]​ desde 329 a. C., y en cinco años estaban listos para el ejército.[62]​ Se desconocen las fechas para estas tropas, pero es probable que fuera similar,[64]​ pues se sabe que egipcios sirvieron como marinos durante la campaña en el valle del Indo.[65]​ Los que sobrevivieron seguramente volvieron a su satrapía para constituirse en contingentes que sirvieron a Ptolomeo.[66]​ Esto indicaría que tuvo tropas egipcias desde el principio, pero al estar helenizados probablemente las fuentes no los destacaron.[67]

Johstono señala que el ejército del sátrapa debió dividirse a lo largo de numerosas fortificaciones entre Pelusio y Menfis. El historiador señala que la primera ubicación era una fortaleza estratégica para poder entrar en Egipto, capaz de albergar unos 5.000 soldados, los que equivaldrían a un cuarto o un quinto del ejército.[4]​ Además, el propio Ptolomeo debía ir acompañado de un contingente considerable y móvil,[1]​ pues las fuentes señalan que rápidamente reaccionó e intervino para impedir a sus enemigos cruzar.[4]

Combate

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Intentos de cruce

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Mapa del desarrollo de la guerra. En púrpura las satrapías leales a Pérdicas, en rosado las que se mantuvieron neutrales y en azul las que se alzaron en su contra.

Eumenes logró vencer y matar a Crátero,[68]​ los soldados vencidos que lograron huir se unieron a Antípatro, quien fue a Cilicia para dar ayuda a Ptolomeo. Según Diodoro Pérdicas se volvió más confiado,[69]​ aunque probablemente desconocía que había sucedido la batalla,[23]​ y avanzó hasta las cercanías de Pelusio, acampanado en la margen oriental del río Nilo.[69]​ Entre tanto, el sátrapa había instalado guarniciones bien equipadas con proyectiles a lo largo de la margen opuesta.[70]​ Ahí, el quilarca ordenó limpiar un viejo canal pero las aguas del río se desataron, provocando la deserción de muchos oficiales,[71]​ o que parece indicar la presencia de espías y agentes de Ptolomeo en el ejército del quilarca.[72]​ Pérdicas se había hecho una mala fama de ser un usurpador violento, de desear gobernar todo por la fuerza, mientras que Ptolomeo supo hacerse conocido como generoso, justo y dispuesto a escuchar los consejos sinceros.[70]​ Así, reclutó muchos oficiales y soldados, ganándose su lealtad.[73]​ Lo cierto es que la mayoría de los soldados eran mercenarios, pero al ofrecerles mejor sueldo, hacerse una buena fama y recibirlos con los brazos abiertos, el sátrapa debilitó a su rival.[74]​ El poco entusiasmo de las tropas llevó a la expedición a estar condenada casi del inicio, y sin haber una gran batalla campal.[75]

Ataque al fuerte

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Busto de Ptolomeo I Sóter.

Pérdicas reunió a sus oficiales, les dio regalos, promesas de botín y un discurso para animarlos, luego les mandó prepararse para levantar el campamento. En la tarde, su ejército inició la marcha sin saber a dónde deseaba ir el regente,[76]​ pero lo hicieron a toda velocidad durante la noche hasta finalmente llegar a un lugar conocido como Fuerte de los Camellos. Como ya era el amanecer, el quilarca mandó a sus elefantes a cruzar las aguas seguidos de escuderos y escaladores para subir los muros y lo mejor de su caballería por si aparecían las tropas de Ptolomeo.[77]

Efectivamente, estaban en medio del proceso cuando la guarnición se dio cuenta de la estratagema y corrieron a defender las murallas al toque de trompetas. Las tropas de Pérdicas decidieron continuar el ataque,[78]​ y colocaron las escaleras y empezaron a subir mientras los elefantes derribaban empalizadas y parapetos. Ptolomeo decidió animar a sus tropas y desde lo alto de las murallas encegueció al elefante que iba al frente con una lanza e hirió al mahout indio.[79]​ Sus amigos se animaron y también atacaron al animal y derribaron al conductor.[80]​ Los defensores eran ampliamente superados en número.[74]

El combate fue largo, ya que las tropas del regente se iban reemplazando por oleadas y estaban desesperadas por tomar la fortaleza, entre tanto que el sátrapa no paraba de animar a sus hombres,[81]​ que tenían la ventaja de estar sobre los muros. También porque ambos generales eran acérrimos rivales. Finalmente, el día acabó y los atacantes volvieron a su campamento.[82]

Último intento

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Durante la noche, el quilarca levantó su campamento y marchó secretamente hasta quedar frente a Memfis. En ese punto el Nilo se divide y forma una gran isla que podía albergar un nuevo y seguro campamento para su ejército.[83]​ Pérdicas mandó cruzar hacia esa isla, pero el agua era profunda y torrentosa y muchos iban cargados con equipos, por lo que la tarea era difícil.[84]

Para solucionar esto, el quilarca mandó que los elefantes formaran una línea en el río, corriente arriba, de modo que con sus cuerpos enormes lograron disminuir la fuerza de la corriente. Corriente abajo se ubicó a la caballería, de modo que todo hombre que fuera arrastrado sería rescatado por ellos.[85]​ Los primeros hombres pudieron cruzar bien, pero los que les siguieron vieron que el río era más profundo y se sumergían completamente al cruzar.[86]​ Inicialmente pensaron que sus enemigos habían abierto un canal que liberó más agua,[87]​ Pero en realidad sucedió que al pasar los elefantes y la caballería el lecho del río se hundió.[88]​ El resto del ejército ya no podía cruzar, y como los que estaban en la isla eran muy pocos para luchar por su cuenta, Pérdicas ordenó a los hombres en la isla volver a nado.[89]​ Los más fuertes y los mejores nadadores lograron llegar a la otra orilla con dificultad y abandonando su equipo, pero la mayoría fueron arrastrados por el Nilo, perdiéndose en las aguas o siendo arrastrados a la orilla occidental, pero la mayoría fueron devorados por los cocodrilos.[90]

Consecuencias

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Motín

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Mapa del imperio poco antes del final de la guerra. En azul los territorios controlados por Antípatro y sus aliados y en púrpura la región aún dominada por Eumenes (partidario del ya difunto Pérdicas).

Así se perdieron más de 2.000 hombres, incluyendo algunos oficiales, lo que molestó a las tropas. Ptolomeo, astuto, hizo dar honores fúnebres a los cuerpos que quedaron en su orilla, enviando sus restos a familiares y amigos.[91]​ Esto le sirvió para ganarse la buena voluntad de las tropas de Pérdicas,[92]​ que vieron como más de 1.000 de sus camaradas fueron devorados por los cocodrilos. Por lo que durante la noche se lamentaron.[93]​ La falange acampó alejada del regente, lanzando gritos amenazantes en su contra, mientras los altos mandos empezaron a conspirar.[94]

Finalmente, cien oficiales y soldados de caballería encabezados por Pitón, fueron a la tienda del quilarca y lo mataron a puñaladas.[95]​ Al día siguiente se celebró una asamblea del ejército macedonio a la que llegó Ptolomeo, quien hábilmente dio un discurso justificando el magnicidio y trayendo por cuenta propia granos y otros suministros que se le habían agotado al ejército amotinado, lo que fue respondido con una ovación y una oferta, ser el nuevo quilarca y tutor de los reyes, lo que prudentemente Ptolomeo rechazó en favor de los generales Pitón y Arrideo,[96]​ que serían co-regentes.[97]

Nueva regencia

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Dos días después del motín, llegó al ejército las noticias de la victoria de Eumenes. Según Diodoro, irónicamente si hubieran llegado antes, nadie se hubiera atrevido a actuar contra Pérdicas.[98]​ Ya era tarde, así que los macedonios respondieron sentenciando a muerte a Eumenes, Alcetas (hermano del difunto regente) y otros 50 altos mandos.[99]​ Entonces, Atalo, comandante de la flota de Pérdicas y esposo de su hermana Atalanta, quien estaba con los barcos anclados en Pelusio, se enteró del motín y ordenó levar anclas a Tiro[100]​ con 800 talentos. Ahí el comandante macedonio de la guarnición, Arquelao, lo recibió y se puso a sus órdenes, recibiendo a los amigos de Pérdicas que lograron huir de Memfis.[101]

Entre tanto, los co-regentes regresaron con el ejército a Triparadiso,[102]​ pero las conspiraciones de la reina Eurídice, esposa de Filipo III, los obligaron a renunciar. Después de esto, los macedonios se reunieron en una asamblea y eligieron como nuevo regente a Antípatro,[103]​ quien llegó unos días después, encontrándose a la reina ahora conspirando en su contra.[104]​ Rápidamente, el nuevo regente convocó otra asamblea, amenazó a Eurídice y la hizo parar en sus actos por el temor.[105]​ Luego se realizó una nueva repartición del imperio: Ptolomeo, quien ya era dueño absoluto de Egipto, mantuvo su satrapía,[106]Antígenes, el primero en atacar a Pérdicas, recibió Susiana y Pitión Media.[107]​ Antígono fue nombrado estratego de Asia y se le asignó acabar con Eumenes y Alcetas, mientras el regente, parte del ejército y los reyes volvían a su natal Macedonia.[108]

Notas

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  1. En griego antiguo ἐπιμελητὴς, epimelētēs, «el que cuida».
  2. Pérdicas, como después Antípatro, recibió una ἐπίμέλεία, epimeleia, «cuidado» de los reyes, es decir, responsabilidad y control sobre ambos, pero también un mando militar.[7]

Referencias

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  1. a b c Anson, 2023, p. 80.
  2. a b Stead, 1985, p. 22.
  3. a b Johstono, 2020, p. 36.
  4. a b c Johstono, 2020, p. 38.
  5. Potter, 2008, p. 119, 130.
  6. Diodoro XVIII.2.1
  7. Carney, 2006, p. 70.
  8. Focio 92
  9. Arriano fr. 156.1.3
  10. Diodoro XVIII.2.2
  11. Diodoro XVIII.2.4
  12. Arriano fr. 156.1.4
  13. Arriano fr. 156.1.9
  14. Diodoro XVIII.3.1
  15. Arriano fr. 156.1.5
  16. Diodoro XVIII.3.2
  17. Diodoro XVIII.3.4
  18. Diodoro XVIII.23.1
  19. Diodoro XVIII.23.2
  20. Diodoro XVIII.23.3
  21. Diodoro XVIII.23.4
  22. a b c Pausanias I.6.3
  23. a b c Ellis, 2003, p. 35.
  24. Arriano III.5.3-5
  25. Diodoro XVIII.3.5
  26. Justino XIII.4.6
  27. Diodoro XVIII.26.1
  28. Diodoro XVIII.26.3
  29. Diodoro XVIII.26.4
  30. Diodoro XVIII.26.5
  31. Diodoro XVIII.27.1
  32. Diodoro XVIII.26.6
  33. Diodoro XVIII.27.5
  34. Diodoro XVIII.28.1
  35. a b Diodoro XVIII.28.2
  36. Diodoro XVIII.28.3
  37. Diodoro XVIII.28.4
  38. Diodoro XVIII.28.5
  39. Diodoro XVIII.29.1
  40. Diodoro XVIII.25.2
  41. Diodoro XVIII.25.3
  42. Diodoro XVIII.25.4
  43. Diodoro XVIII.25.6
  44. Curcio X.2.8
  45. a b Diodoro XVII.108.1
  46. Curcio VIII.5.1
  47. Arriano VII.6.1
  48. Plutarco Alejandro 47.6, 71.1
  49. Arriano VII.23.1
  50. Diodoro XVII.95.4
  51. Arriano VII.23.1
  52. Diodoro XVII.16.4
  53. Diodoro XVIII.29.1-3
  54. Justino XIII.6.14-15
  55. Nepote III.18.3
  56. Plutarco Eumenes 5.2
  57. Curcio IV.8.4
  58. Johstono, 2020, p. 25.
  59. Diodoro XVIII.14.1
  60. Suda b.154
  61. Diodoro XVII.108.2
  62. a b Johstono, 2020, p. 26.
  63. Diodoro XIX.29.3
  64. Johstono, 2020, p. 26-27.
  65. Arriano VI.1.6
  66. Johstono, 2020, p. 27.
  67. Johstono, 2020, p. 28.
  68. Diodoro XVIII.30.5
  69. a b Diodoro XVIII.33.1
  70. a b Diodoro XVIII.33.3
  71. Diodoro XVIII.33.2
  72. Ellis, 2003, p. 35-36.
  73. Diodoro XVIII.33.4
  74. a b Ellis, 2003, p. 36.
  75. Anson, 2023, p. 80-81.
  76. Diodoro XVIII.33.5
  77. Diodoro XVIII.33.6
  78. Diodoro XVIII.34.1
  79. Diodoro XVIII.34.2
  80. Diodoro XVIII.34.3
  81. Diodoro XVIII.34.4
  82. Diodoro XVIII.34.5
  83. Diodoro XVIII.34.6
  84. Diodoro XVIII.34.7
  85. Diodoro XVIII.35.1
  86. Diodoro XVIII.35.2
  87. Diodoro XVIII.35.3
  88. Diodoro XVIII.35.4
  89. Diodoro XVIII.35.5
  90. Diodoro XVIII.35.6
  91. Diodoro XVIII.36.1
  92. Diodoro XVIII.36.2
  93. Diodoro XVIII.36.3
  94. Diodoro XVIII.36.4
  95. Diodoro XVIII.36.5
  96. Diodoro XVIII.36.6
  97. Diodoro XVIII.36.7
  98. Diodoro XVIII.37.1
  99. Diodoro XVIII.37.2
  100. Diodoro XVIII.37.2-3
  101. Diodoro XVIII.37.4
  102. Diodoro XVIII.39.1
  103. Diodoro XVIII.39.2
  104. Diodoro XVIII.39.3
  105. Diodoro XVIII.39.4
  106. Diodoro XVIII.39.5
  107. Diodoro XVIII.39.6
  108. Diodoro XVIII.39.7

Bibliografía

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Clásica

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Moderna

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