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Batalla de Amorgos

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Batalla de Amorgos
Parte de Guerra lamiaca
Fecha Mayo o junio del 322 a. C.
Lugar Amorgos, Islas Cícladas, Grecia
Coordenadas 36°30′N 25°32′E / 36.5, 25.54
Resultado Victoria macedonia
Atenas Macedonia
Comandantes
Euetion Clito el Blanco
Unidades militares
170 barcos 240 barcos

La batalla de Amorgos fue un combate naval de la guerra lamiaca (323-322 a. C.) que disputaron la escuadra macedonia de Clito el Blanco y la ateniense de Euetion. A pesar de que se conocen pocos datos de la lid, se sabe que concluyó con una clara derrota de los atenienses, pese a que estos parece que no sufrieron grandes pérdidas. Se considera la batalla naval decisiva de la guerra que marcó el fin de talasocracia ateniense y de su independencia política.

Antecedentes

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La guerra lamiaca o guerra helénica fue una gran rebelión de las ciudades-Estado griegas de la Liga de Corinto contra la autoridad macedonia que estalló a la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C.[1]​ Las ciudades griegas meridionales nunca habían aceptado plenamente la hegemonía macedonia, impuesta por las armas, pero había sido uno de los últimos actos de Alejandro, la promulgación del Decreto de los Exiliados del 324 a. C., lo que suscitó un grave resentimiento, especialmente en Atenas, donde los preparativos del alzamiento empezaron incluso antes del fallecimiento del monarca macedonio.[2]​ El Decreto de los Exiliados, que ordenaba el regreso de todos los exiliados a sus territorios y la recuperación de su ciudadanía y propiedades, se entendió como una vulneración directa de la autonomía de las ciudades-Estado por parte de Alejandro. El decreto disgustó especialmente a los atenienses, puesto que significaba que la isla de Samos, posesión ateniense desde el 366 a. C. y poblada con clerucos de la ciudad, tendría que ser devuelta a los samios exiliados. En vez de aceptarlo, los atenienses detuvieron a los oligarcas samios y los enviaron a Atenas.[3][4]

A pesar de que haber decaído respecto de la época dorada de Pericles en el siglo V, Atenas todavía contaba con grandes recursos financieros y una flota de guerra de entre doscientas cuarenta y cuatrocientas naves.[5]​ Al llegarles la noticia del fallecimiento de Alejandro, los atenienses se enfrascaron en crear un liga para combatir por la recuperación de la autonomía de las ciudades-Estado. Los miembros de esta alianza vencieron primero a los beocios, partidarios de los macedonios, y seguidamente —ayudados por la deserción de la caballería tesalia— al virrey macedonio de Grecia, Antípatro, que hubo de refugiarse en la ciudad forteficada de Lamía, donde lo cercaron.[6]​ Antípatro solicitó refuerzos terrestres y navales al resto del imperio macedonio. Como resultado, mientras Antípatro seguía asediado en Lamía, se disputó una campaña naval en el mar Egeo entre los macedonios de Clito el Blanco y los atenienses de Euetion, que intentaron en un principio impedir que los refuerzos macedonios pasasen a Europa desde Asia Menor atravesando el Helesponto.[7][8]

Fuentes históricas y la batalla

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Las dos fuentes principales sobre las batallas navales de la guerra lamiaca son Diodoro Sículo, y, en menor medida, Plutarco.[9]​ A pesar de la trascendencia de las batallas navales en el resultado de la guerra, las fuentes son breves y ambiguas en cuanto al número de ellas y a dónde se libraron.[10][11]Diodoro Sículo (18.15.8-9) se limita a indicar: «Clito dirigía la flota macedonia, que contaba con doscientas treinta naves. Trabó combate con el almirante ateniense Euetion, lo venció en dos batallas y destruyó gran número de los barcos enemigos cerca de las islas llamadas Equínadas».[12]​ Además, la Crónica de Paros, escrita en mármol de la isla homónima, menciona una batalla disputada cerca de Amorgos, que ganaron los macedonios, mientras otras inscripciones datadas aproximadamente en el 320 a. C. hablan de una batalla en Abido, en el Helesponto.[12]

Con la descripción de Diodoro no queda claro si hubo dos batallas o tres, lo que ha determinado que hayan surgido distintas interpretaciones entre los investigadores modernos. La reconstrucción tradicional de los acontecimientos es que hubo una primera batalla en el Helesponto, según las inscripciones, en la que vencieron los macedonios y que les permitió pasar a Europa. A esta le siguió la batalla de Amorgos, y luego una tercera batalla de las Equínadas, sobre cuya ubicación disienten los estudiosos.[12][13]​ Algunos de estos concuerdan con lo planteado por A. B. Bosworth de que el pasaje de Diodoro no refiere toda la campaña naval de la guerra, sino que narra una campaña naval separada que se libró en el mar Jónico, cuya suerte se decidió en dos batallas en las Equínadas en la primavera del 322. De ser así, esto haría que la batalla de Amorgos se hubiese disputado tras las de las islas Equínadas.[14][15][16]

Muchos expertos creen probable que Clito, que mandaba la flota destinada en el Levante, no mandase en el Helesponto. En consecuencia, la batalla de Amorgos no pudo haber sido continuación directa de la campaña del Helesponto, sino que fue un combate que Clito libró contra los atenienses cuando trataba de penetrar en el Egeo desde el sureste. Esto también concordaría con la afirmación de Diodoro de que Clito solo disputó dos batallas, la de Amorgos y la de las Equínadas.[17][18]​ Sea cual fuere el orden de los acontecimientos, es claro que cuando las dos flotas se encontraron, Clito con sus doscientos cuarenta barcos gozaba de amplia ventaja numérica sobre la flota ateniense.[19][20][21]​ Pese a haber movilizado a todos los marineros disponibles, los atenienses solo contaban con tripulaciones para unos ciento setenta navíos, y habían preferido contar con dotaciones completas en los dos quinquerremes y los cuatrirremes, y asignar el resto de hombres disponibles a los trirremes, que componían el resto de la flota.[22]

Según la Crónica de Paros, la batalla tuvo lugar al final del arcontado de Cefisodoro, es decir, en junio o finales de mayo del 322 a. C.[19][23]​ —quizás, como propone N. G. Ashton, incluso el 26 o 27 de junio—.[24]​ Se conocen pocos detalles de la batalla, pese a que los estudiosos la califican a menudo como el combate naval decisivo de la guerra.[19][25][26]​ Los atenienses salieron claramente derrotados, pero sus pérdidas no debieron de ser copiosas: Plutarco comenta despectivamente de Clito que se pavoneó como Poseidón, a pesar de que apenas había hundido tres o cuatro barcos enemigos y de que los atenienses pudieron remolcar las naves hundidas de vuelta a su ciudad, una concesión inusual, ya que la posesión los pecios era normalmente la señal de la victoria.[25]​ De hecho, el avistamiento de la flota ateniense con los pecios bastó para difundir en Atenas la errónea noticia de la victoria frente a los macedonios; la ciudad la celebró durante dos o tres días, hasta que arribó la escuadra y se enmendó el error.[27]​ John R. Hale ha explicado el curioso resultado de la batalla aventurando que quizá Euetion se rindió justo al comenzar la batalla y garantizó a Clito que Atenas no se enfrentaría a Macedonia en el mar. Tal acto podría explicarse por el intenso rechazo que la guerra había suscitado entre la aristocracia ateniense, clase a la que pertenecía Euetion, y de la provenían asimismo los jefes de la flota y los trierarcas.[28]

Consecuencias

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A pesar de que el grueso de la flota ateniense se había salvado en la batalla de Amorgos, sufrió grandes pérdidas en la posterior batalla de las Equínadas, que la mayoría de expertos sitúa entre la de Amorgos y la derrota de los aliados en tierra en la batalla de Cranón, disputada en agosto. Estas derrotas sucesivas impelieron a los atenienses a solicitar la paz.[25][29][30]​ En esta se dispuso que doce mil de los ciudadanos más pobres de la ciudad (los thetes) perdiesen la ciudadanía y fuesen desterrados y que únicamente los ciudadanos más ricos conservasen el derecho al voto, medidas que pusieron punto final a la democracia ateniense. Además, Antípatro estacionó una guarnición macedonia en el cerro de Muniquia, en el puerto de El Pireo, lo que supuso el fin del poderío naval y de la independencia política de Atenas.[31][32]

Los estudiosos afirman que la batalla de Amorgos es uno de los tres combates navales —junto con la batalla de Salamina (306 a. C.) y la de Cos (261/255 a. C.)— que pudieron originar la colocación de la estatua de la Victoria de Samotracia.[33]

Referencias

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  1. Anson, 2014, p. 23.
  2. Anson, 2014, pp. 23, 31.
  3. Anson, 2014, pp. 30, 32-33.
  4. Hale, 2014, pp. 311-312.
  5. Anson, 2014, pp. 29-30.
  6. Anson, 2014, pp. 33–34.
  7. Anson, 2014, pp. 34-35.
  8. Hale, 2014, p. 313.
  9. Hale, 2014, p. 363.
  10. Anson, 2014, p. 34.
  11. Hackel, 1992, p. 373.
  12. a b c Anson, 2014, p. 35.
  13. Hackel, 1992, pp. 186, 373.
  14. Bosworth, 2003, pp. 16-20.
  15. Yardley, Wheatley y Heckel, 2011, p. 128.
  16. Dixon, 2014, pp. 47-48.
  17. Yardley, Wheatley y Heckel, 2011, pp. 127-128, 147.
  18. Hackel, 1992, pp. 45, 186, 376-377.
  19. a b c Yardley, Wheatley y Heckel, 2011, p. 127.
  20. Anson, 2014, pp. 38-39.
  21. Hale, 2014, pp. 313, 315.
  22. Hale, 2014, pp. 313-314.
  23. Hackel, 1992, p. 375.
  24. Ashton, 1977, pp. 10-11.
  25. a b c Hackel, 1992, p. 376.
  26. Anson, 2014, p. 44.
  27. Hale, 2014, pp. 315-316.
  28. Hale, 2014, p. 315.
  29. Anson, 2014, p. 40.
  30. Hale, 2014, p. 316.
  31. Anson, 2014, pp. 40-41.
  32. Hale, 2014, pp. 316-318, 364.
  33. Lawrence, 1926, pp. 213-218.

Bibliografía

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Enlaces externos

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