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Wadih al-Siqlabi

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Wāḍiḥ al-Ṣiqlabī (árabe: واضح الصقلبي; S.X- noviembre de 1011) General saqaliba del último califato omeya de Córdoba. Fue gobernador de la Marca Media y hajib de Muhammad II (1010) y de Hisham II (1010-1011). Desempeñó un papel destacado en los comienzos de la fitna de Córdoba. Este eslavo ejercía de gobernador de la Marca Media, con capital en Medinaceli, al menos desde los 990's[1][2]​. En 997, el preboste de la tribu norteafricana de los maghrawa, Ziri ibn Atiyya, renunció a su lealtad hacia Córdoba.Como respuesta, Almanzor, que de facto ejercía el poder del Califato, envió a W a África, en 998, al frente de un gran ejército, para expandir la cabeza de puente Omeya, que hasta entonces se reducía a Ceuta. Posteriormente, Almanzor envió también a su hijo Abd al-Malik,para asistir a W. Y juntos derrotaron a Ziri, capturaron Fez y establecieron una administración omeya por todo Marruecos, que perduró hasta la muerte de Almanzor en 1002. Tras la forzosa abdicación de Hisham II, en febrero de 1009, W dio su apoyo al nuevo califa, Muhammad II al-Mahdi, quien purgó al ejército de bereberes, por lo que muchos se retiraron de Córdoba, yendo hacia Calatrava. Estos bereberes expulsados proclamaron a Sulayman ibn al-Hakam como su califa. Quisieron atraerse a W para su causa, ofreciéndole el mando de sus tropas, pero W rechazó la oferta. Sin embargo, el Conde de Castilla, Sancho García sí aceptó acaudillar su hueste, por lo que un ejército castellano-bereber marchó hacia Córdoba. W salió a su paso, sin lograr detener su avance, por lo que se retiró a Córdoba. En noviembre de 1009 Córdoba cayó, y el califa y W tuvieron que refugiarse en Toledo, mientras los bereberes triunfantes proclamaban califa a Sulayman. Tras fracasar en evitar la proclamación de Sulayman como califa, W quiso entonces apartarse de la alta política, por lo que fue a Tortosa, desde donde envió una carta al nuevo califa, pidiéndole ser cesado de su cargo, para así poder retirarse a Lorca, a entregarse a Dios como devoto, quizá como ribat. Pero el califa rechazó su proposición, por lo que W comenzó a trabajar por restaurar a Muhammad como califa y logró recabar el apoyo de parte de los saqalibas de Levante y negoció una alianza con Ramón Borrell de Barcelona y con Ermengol I de Urgell. Cada conde recibió 200 dinares y a cambio, aportaron 9.000 soldados, que recibirían dos dinares por día. El ejército franco-catalán se unió al de W. en Toledo y conjuntamente marcharon hacia Córdoba. Las tropas bereberes de Sulayman marcharon, por su parte, a hacerles frente. Así, el 22 (o el 31) de mayo, ambos ejércitos se enfrentaron en Aqabat al-Baqar, y W. y los franco-catalanes lograron una importante victoria que les permitió avanzar hacia la capital. W fue nombrado hajib. Sin embargo, el 21 de junio, el ejército conjunto fue derrotado en la Batalla de Marbella, tras la cual lo que quedó de contingente franco se fue a su casa.

Referencias

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  1. Kennedy, 1996, p. 117.
  2. Makki, 1994, p. 44.

Bibliografía

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  • Collins, Roger (2012). Caliphs and Kings: Spain, 796–1031. Wiley-Blackwell. 
  • Guichard, Pierre (2006). From the Arab Conquest to the Reconquest: The Splendour and Fragility of Al-Andalus. Junta de Andalucía, Consejería de Cultura. 
  • Kennedy, Hugh (1996). Muslim Spain and Portugal: A Political History of al-Andalus. Routledge. 
  • Makki, Mahmoud (1994). «The Political History of al-Andalus (92/711–897/1492)». En Salma Khadra Jayyusi, ed. The Legacy of Muslim Spain. Brill. pp. 3-87. 
  • Scales, Peter C. (1994). The Fall of the Caliphate of Córdoba: Berbers and Andalusis in Conflict. E. J. Brill. 
  • Wasserstein, David J. (2000). «The Emergence of the Taifa Kingdom of Toledo». Al-Qantara 21 (1): 17-56.