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Leovigildo

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Flavio Leovigildo
Rey de los visigodos

Retrato imaginario del rey Leovigildo, de Juan de Barroeta. Ca. 1854-1855. (Museo del Prado).
Reinado
Asociado a Liuva I: 568-571/572; en solitario: 571/572–586
Predecesor Liuva I
Sucesor Recaredo
Información personal
Fallecimiento primavera de 586
Toledo
Familia
Consorte 1) ?
2) Gosvinta
Hijos Con 1) Hermenegildo y Recaredo I

Flavio Leovigildo (en latín: Flavius Leovigildus, del gótico: Liubagilds; ¿?-Toledo, primavera del año 586) fue rey de los visigodos del 568 o 569 a 586. Por sus reformas y su labor de expansión y reorganización territorial, Leovigildo es considerado uno de los más importantes soberanos del reino visigodo de Toledo.

Se sabe que fue legislador, aunque el Código de Leovigildo o Codex Revisus no se ha conservado.[1]

Como resultado de victoriosas campañas militares, su autoridad abarcó prácticamente la totalidad de la península ibérica, excepto la provincia de Spania, dependiente del emperador romano de Oriente.

Fuentes históricas

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Leovigildo es el único rey godo cuyo reinado aparece recogido en las dos crónicas hispanogodas más importantes: la Historia de los godos de San Isidoro, que no pasa del año 626, y la Crónica de Juan de Biclaro, que trata del periodo comprendido entre los años 567 y 591. Este hecho da fe de la importancia que la posteridad ha dado a este monarca. Ambas son fuentes muy breves y limitadas, a lo cual se suma la carencia de fuentes propias del reinado. El código que promulgó no se ha conservado y, aunque se supone que algunas de sus normas pasaron al Liber iudiciorum de 654, parece imposible de reconstruir.[1]​ El recurso a otras fuentes, como la Historia de los francos de Gregorio de Tours apenas aporta información.

Familia

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La genealogía española tradicionalmente lo consideró hijo de Amalarico, el genealogista Luis de Salazar y Castro fue uno de los eruditos que defendieron tal filiación.[2]​ También se ha propuesto que fue hijo de Liuverico, conde en 523 y 526.[3]​Compartió el trono, o estuvo asociado a él, con su hermano Liuva I, desde que este fue proclamado rey hasta que falleció en 572. Leovigildo se casó dos veces. Se desconoce el nombre de su primera esposa, aunque cronistas posteriores dicen que aquella mujer se llamaba Teodosia y era hija de Severiano, duque de Cartagena, y hermana de san Fulgencio, san Leandro, san Isidoro y santa Florentina. Otra versión dice que aquella mujer era una princesa franca.[4]

De su primera esposa tuvo a sus hijos Hermenegildo y Recaredo I. Su segunda esposa fue Gosvinta, la viuda de Atanagildo.[5]

Antecedentes y contexto histórico de su reinado

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Leovigildo, representado con corona,cetro y manto púrpura. Plaza de Oriente, frente al Palacio Real (Madrid)

En tiempos del rey Eurico, entre 466 y 484, los visigodos dejaron de ser simples auxiliares del Imperio romano en Hispania para pasar a ser un poder independiente.[6]

En el 416 había aproximadamente 100 000 godos en Hispania. Posteriormente hubo tres grandes olas migratorias de visigodos a la península ibérica desde el norte, motivadas por los ataques de los francos. La primera tuvo lugar entre 497 y 506, la segunda entre 507 y 511 y la tercera entre 531 y 541. En estas tres olas llegaron como máximo 70 000 visigodos. Con todo, los visigodos seguían siendo una minoría en Hispania, donde había unos 5,5 millones de hispanorromanos.[7]

En 531 pasó a ser rey Teudis, que extendió el dominio visigodo hacia el sur y, en el norte, recuperó la región de Arlés. En 541 su general Teudiselo derrotó a los francos, que habían incursionado hasta asediar Zaragoza.[8]

Procopio de Cesarea narra que entre 536 y 538 el sol disminuyó su irradiación. Esto provocó malas cosechas y hambrunas.[9]​ Entre 541 y 543 tuvo lugar una epidemia de peste negra en Hispania.[10]

En 548 Teudis fue asesinado y sucedido por Teudiselo, que fue también asesinado en 549. Según el historiador Ramón Menéndez Pidal los años que van del asesinato del rey Teudiselo en 549 a la entronización de Leovigildo en 569 «son los más confusos y críticos de la dominación visigoda en España»[11]

Teudiselo fue sucedido a su vez por Agila I, que en 551 fue derrotado por rebeldes en Córdoba, perdiéndose también el tesoro visigodo. Atanagildo lideró una guerra civil contra Agila. En 552 el emperador bizantino Justiniano I mandó a sus tropas desde Sicilia a Hispania a apoyar a Atanagildo, que logró vencer. Agila fue asesinado por sus propias tropas en 555. Tras esto, Atanagildo intentó expulsar a los bizantinos, que se hicieron fuertes con nuevas y crearon la provincia de Spania que abarcaba en la península desde las proximidades de Cádiz hasta Cullera y las islas Baleares.[12]

En el noroeste de la península se encontraba el reino suevo. El norte peninsular había otros territorios independientes como el de los sappos de Sabaria, el de los rucones, Aregia, Cantabria y Vasconia.[13]

El reino visigodo con Atanagildo se encontraba en mal estado económico. Hecho agravado por la pérdida del tesoro visigodo en 551. Las monedas acuñadas en esta época eran de una pésima ley.[14]

Atanagildo puso la capital del reino visigodo en Toledo. Casó a su hija Gaslvinta con el rey franco de Neustria y a su hija Brunequilda con el rey franco de Austrasia, logrando un éxito diplomático.[14]

Entre 565 y 566 tuvo lugar otra epidemia de peste negra.[10]

Entre noviembre y diciembre de 567 Atanagildo fue sucedido por Liuva I, que era duque de Narbona.[15]

La semejanza del nombre original, Liuvigildus, y el de su hermano Liuva I con el nombre de un conde ostrogodo llamado Luvirit han llevado a algunos historiadores a pensar que Leovigildo tenía un origen ostrogodo.[16]​ Según el historiador Luis Agustín García Moreno, Leovigildo debió hacer en la segunda mitad de la década de 530.[17]

Leovigildo se casó en primeras nupcias con una mujer, cuya identidad se desconoce, con la que tuvo dos hijos: Hermenegildo y Recaredo.[18]

En los últimos meses de 568[19]​ Liuva I cedió a su hermano Leovigildo la mayor parte de su reino, Hispania, quedándose con la Septimania.[20]

En enero de 569 Leovigildo llegó desde Narbona a Toledo y se casó con Gosvinta, viuda de Atanagildo.[21]

Gosvinta tenía su propia facción nobiliaria afín, controlaba el tesoro real de los visigodos y era aliada de los francos a través su yerno Sigeberto I de Austrasia.[22]

Los éxitos militares del reinado de Leovigildo

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Campañas de 570 y 571 contra los bizantinos

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La situación para los bizantinos se volvió difícil. En 568 el longobardo Alboino encabezó un contingente que arrasó el norte de Italia. Entre 568 y 569 los ávaros arrasaron los Balcanes. En 569 Garmul de Altava derrotó en el norte de África al prefecto Teodoro, en 570 al militar Teoctisto y en 571 al militar Amabilis.[23]

Leovigildo apreció que los bizantinos tenían muchos frentes abiertos y que no podrían mandar contingentes a Spania como habían hecho en 552 y 555.[24]​ De este modo, en 570 Leovigildo se adentró en territorio bizantino, arrasando los campos de la región de Bastetania y las afueras de Málaga para luego regresar a Toledo.[25]

Juan de Bíclaro narra que, en 571, en una nueva incursión en territorio bizantino, Leovigildo logró la colaboración de un traidor llamado Framidaneo para tomar Asidonia (la actual Medina Sidonia) por la noche. Mató a los soldados que custodiaban la ciudad y se hizo con su control.[26]

Campaña de 572 contra Córdoba

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En 572 aprovechó de nuevo la noche para tomar Córdoba, ciudad rebelde. Juan de Bíclaro añade que también aprovechó para tomar otras ciudades y castillos, dando muerte a muchos campesinos.[27]

Incorporación de Septimania y campañas de 573-575 en el norte peninsular

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En 573 murió Liuva I y Leovilgildo pasó a controlar la Septimania también.[28]

El rey suevo Miro había decidido atacar a los rucones, que no llegó a someter definitivamente, y Leovigildo decidió atacar en el norte a los sappos de Sabaria, logrando su incorporación al reino de los visigodos en lugar del al suevo.[29]

Juan de Bíclaro narra que en el 574 Leovigildo entró en la antigua Cantabria, tomó la ciudad de Amaya, se apoderó de sus riquezas, mató a los que controlaban la región (que califica como pervasores, que debe entenderse como usurpadores)[30]​ y la incorporó a sus dominios. [31]

Hacia 630 san Braulio de Zaragoza escribió sobre esta campaña en un relato de la vida de san Millán, diciendo que Leovigildo se tuvo que enfrentar a la ciudad de Cantabria, que contaba con una curia o senado. Sin embargo, no existen rastros de una ciudad llamada así.[31]

La vida de San Millán también habla de tres senadores cántabros: Sicorio, Nepociano y Honorio. Honorio es mencionado como senador de Parpalines, de la que se han encontrado restos cerca de la localidad de Pipaona, en la actual región de La Rioja.[32]

Estos senadores eran grandes terratenientes hispanorromanos que se reunían en concilio para mantener el territorio independiente. Todo esto indica que Cantabria era una región, no una ciudad.[33]

En la vida de san Millán se dice que en la Pascua de 574 este santo se habría presentado ante el senado cántabro para advertirles de serían conquistados por Leovigildo por la ira de Dios.[30]

Leovigildo aparece a caballo con una espada dando muerte al senador Abundancio[30]​ en una de las placas de marfil que adornan la arqueta que guarda las reliquias de san Millán, de en torno al 1060, conservada en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.[34]

Juan de Bíclaro narra que en 575 Leovigildo entró en los montes Aregenses y capturó al señor del lugar, Aspidio, junto con su esposa e hijos, se apoderó de las riquezas del señorío y controló el territorio.[35]

Breve campaña de 576 contra el reino suevo

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Juan de Bíclaro también dice que, en 576, el rey Leovigildo entró en territorio suevo. Por ruegos del rey Miro, le concedió la paz un breve periodo de tiempo.[36]

Campaña de 577 en Sierra Morena

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Este mismo cronista narra que, en 577, Leovigildo entró en la Oróspeda tomando sus ciudades y castillos. Poco después, hubo una revuelta de campesinos que fue atajada, quedando la región completamente bajo control de los visigodos.[37]

Fundación de Recópolis en 578

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Juan de Bíclaro también informa de que en 578, el único año de paz del reinado, Leovigildo fundó una ciudad a la que llamó Recópolis, en honor de su hijo Recaredo. Las ruinas de esta ciudad se encuentran en Zorita de los Canes, provincia de Guadalajara. Hay vestigios de dos fases constructivas en época visigoda y de tres en época andalusí, entre los siglos VIII y IX.[38][39][40]

Rebelión de Hermenegildo (579-584)

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Según Juan de Bíclaro, en 573 el rey Leovigildo asoció al trono a sus hijos Hermenegildo y Recaredo y, en 579, Hermenegildo se casó con Ingundis. Ingundis era hija de Brunegilda (a su vez hija de Atanagildo) y del rey Sigeberto I de Austrasia.[4][41]

Bíclaro indica que, también en 579, Leovigildo le entregó a Hermengildo parte de la provincia para que reinase y que ese mismo año Hermenegildo se rebeló contra su padre en Sevilla, uniéndose a su causa otras ciudades y fortalezas.[42]

Bíclaro calificó esta acción de Hermenegildo de tiránica y riña doméstica y dice que se debió a que pertenecía a la facción de Gosvinta.[42]

Bíclaro no dice nada de que la rebelión tuviera un componente religioso, pero es indicio de esto que en el 580 Leovigildo convocase un concilio de obispos arrianos en Toledo donde se facilita el paso al arrianismo sin necesidad de un nuevo bautismo.[42]​ Bíclaro indica que, tras este concilio, muchos católicos se pasaron al arrianismo por ambiciones personales.[42]

Leovigildo ocupó luego la Vasconia y fundó la ciudad de Victoriacum. En 583 estaba enfrentándose a su hijo en Sevilla. Ese mismo año, según Bíclaro, murió en Sevilla el rey suevo Miro, que había acudido como refuerzo de Leovigildo en su ataque a esta plaza. El cronista cuenta que los sitiadores cortaron la navegación por el Guadalquivir, poniendo a Sevilla en una situación desesperada. También cuenta que, en 584, Leovigildo restauró los muros de Itálica.[43]

Hermenegildo huyó a territorio bizantino. Leovigildo entró en Sevilla y tomó las fortalezas y ciudades que se habían rebelado. Hermenegildo fue apresado en Córdoba y fue desterrado a Valencia. Bíclaro añade, sin más explicaciones, que en 585 Hermenegildo fue asesinado en Tarragona por un tal Sisberto que, a su vez, fue ejecutado en el primer año del reinado de Recaredo I.[43]

Gregorio de Tours cuenta la historia de otra forma. Gosvinta había acogido con entusiasmo la llegada de la católica Ingundis, esposa de Hermenegildo, y trató de convertirla al arrianismo con halagos y convicción. Sin embargo, fracasó en este intento y terminó por obligarla a profesar el arrianismo sin que, según muchos, abandonase sus creencias católicas. Cuando Leovigildo entregó a Hermenegildo "una de sus ciudades" Ingundis comenzó a intentar convertir a su marido al catolicismo, cosa que consiguió. Hermenegildo habría adoptado el nombre católico de Juan. Leovigildo intentó evitar que su hijo se rebelase con apoyo bizantino. Intentó entrevistarse con Hermenegildo y, al no conseguirlo, entregó dinero al jefe bizantino para que no le diese apoyo. Cuando Hermenegildo salió a combatir a su padre, al verse abandonado por los bizantinos, decidió refugiarse en una iglesia. Leovigildo mandó entonces a Recaredo a decirle a Hermenegildo que se reconciliase con su padre, porque le iba a perdonar. Hermenegildo se postró y, al llegar al campamento, fue despojado de sus vestidos y obligado a llevar una ropa de pobre. Cuando llegaron a Toledo, Leovigildo le quitó todos sus criados a Hermenegildo salvo uno y le mandó al exilio.[44]

En el relato de Gregorio de Tours se dice que el rey suevo Miro era aliado de Hermenegildo y decidió dar batalla contra Leovigildo situando trescientos soldados en el castillo de Osset (en el actual municipio de San Juan de Aznalfarache)[45][46]​ para que se cansasen con estos y luego acudir a barrerlos con el grueso de su ejército. Sin embargo, Leovigildo derrotó a los soldados de la fortaleza y la quemó, obligando luego al rey suevo a prestarle fidelidad.[47]

Gregorio de Tours cuenta que Leovigildo hizo prisionero a Hermenegildo y, al llegar a Toledo, le condenó al exilio, aunque su esposa Ingundis se fue con los bizantinos y, cuando la llevaban a ver al emperador acompañada de su hijo pequeño, murió en África y fue enterrada allí.[47]​ Según Pablo el Diácono Ingundis murió en Sicilia y su hijo, que se llamaba Atanagildo como su bisabuelo, fue llevado a Constantinopla con el emperador Mauricio.[48]

Gregorio de Tours consideró la rebelión de Hermenegildo contra su padre como impía y abocada al desastre por juicio divino.[46]

El papa san Gregorio Magno habla de Hermenegildo en su obra Diálogos. Dice que recibió noticias de lo sucedido por unos viajeros que llegaron de Hispania a Roma.[49]​ Cuenta que Hermenegildo se convirtió al catolicismo por la predicación del obispo de Sevilla, san Leandro.[50]​ Leovigildo intentó que Hermenegildo volviese al arrianismo con halagos y amenazas sin éxito, tras lo cual privó a su hijo de su reino y sus bienes. Como no consiguió que abandonase el catolicismo, encerró a su hijo en una cárcel sujetando con hierros su cuello y sus manos. En la Pascua, Leovigildo le envió un obispo arriano a Hermenegildo para administrarle una comunión sacrílega y que de este modo se congraciase con él. Hermenegildo la rechazó y el obispo arriano dio cuenta a Leovigildo de su fracaso. Entonces el padre ordenó la muerte de su hijo abriéndole la cabeza de un hachazo. Entonces se habría oído un canto de salmodia y habrían aparecido luminarias en la noche, indicando que el cuerpo de Hermenegildo era digno de veneración. Leovigildo terminó arrepintiéndose y reconociendo que la verdadera fe era la católica, pero no se llegó a convertir por temor a su propia gente. Entonces Leovigildo enfermó y, sintiendo próxima su muerte, llamó al obispo san Leandro y le encargó a su hijo Recaredo que hiciera lo mismo que había hecho su hermano. Tras esto Recaredo se convirtió al catolicismo y llevó a esta religión a los godos, impidiendo que entraran en su ejército herejes.[51]

Campaña contra Vasconia en 581 y fundación de Victoriacum

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Reino visigodo a la muerte de Leovigildo, indicando sus campañas.

Según Juan de Bíclaro[52]​ en 581 Leovigildo conquistó parte de Vasconia. Gregorio de Tours narra que por estas fechas el duque de Biadaste, uno de los jefes militares del rey franco Chilperico de Neustria, pasó a Vasconia y sufrió allí muchas pérdidas. Es posible que los francos de Chilperico luchasen en Vasconia como aliados de Leovigildo.[53]

Tras su victoria, Leovigildo fundó la ciudad de Victoriaco o Victoriacum, identificada con los enclaves alaveses Vitoria o Vitoriano.[54][55]

Esta no fue la única ciudad fundada por los visigodos en Vasconia. Isidoro de Sevilla informa que en 621 el rey Suintila emprendió otra campaña exitosa contra los vascones y tras ella les obligó a construir la ciudad de Ologicus, que probablemente se corresponda con la ciudad navarra de Olite.[54]

Conquista del reino suevo en 585

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Juan de Bíclaro y Gregorio de Tours exponen que el rey suevo Miro llegó a Sevilla en calidad de aliado de Hermenegildo mientras que Isidoro de Sevilla dice que Miro acudió en ayuda de Leovigildo. Juan de Bíclaro dice que Miro murió en Sevilla y que su hijo Eborico le sucedió en el trono, hecho que debió tener lugar en 583.[56]

Eborico tuvo una política de sometimiento a los visigodos. El suevo Audeca se casó con la viuda de Miro y, apoyado por la nobleza sueva contraria a los visigodos, usurpó el trono y mandó a Eborico como fraile a un monasterio.[56]

En 585 Leovigildo entró en Gallaecia y conquistó el reino suevo. Gontrán de Borgoña, que había movilizado ejércitos para atacar la Septimania visigoda, también despachó una armada que zarpó desde Aquitania para ayudar a los suevos de Audeca, pero esta fue derrotada por barcos visigodos en el mar Cantábrico.[57]

Según Juan de Bíclaro, un noble suevo llamado Malarico se rebeló militarmente contra los visigodos, pero fue apresado.[56][58]

Leovigildo dejó guarniciones en Tude, Tornio, Portucale, Bracara y Luco.[59]

Con Recaredo se acuñaron monedas que ponían Victoria in Tude ("Victoria en Tuy") y Victoria en Tornio ("Victoria en Turonio"), en referencia a la ciudad y región gallegas. Probablemente, fueron acuñadas para conmemorar los éxitos de la campaña de 585.[57]

Modificaciones legislativas

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La primera legislación visigoda era una serie de normas con rango de edictos conocidas como Leges Theodoriciae. Debieron ser dictadas por Teodorico I o Teodorico II. Estas normas, de aplicación común, trataban sobre el reparto de la tierra entre galo-romanos y visigodos.[60]

En un palimpsesto de nueve folios descubierto en la Abadía de Saint-Germain-des-Prés y conservado en la Biblioteca Nacional de Francia en París hay un texto legal visigodo. En el documento se dice que su autor fue un rey, hijo de otro rey también legislador, lo que ha hecho que se atribuyese a Eurico, hijo de Teodorico I. Isidoro de Sevilla dijo que Eurico fue el primer legislador visigodo.[61]

El Código de Eurico, redactado en latín, fue el primero escrito por un pueblo germánico e influyó en legislaciones posteriores de los salios, borgoñones y bávaros.[61]​ Regula cuestiones de derecho privado, penal y procesal y tiene una fuerte inspiración romanista.[62]

En 506 se redactó la Lex romana visigothorum o Breviario de Alarico II en Aduris (Aire-sur-l'Adour) por parte de una asamblea con obispos, provinciales romanos y visigodos. Se conserva en un gran número de códices. El Breviario de Alarico II recopila derecho oficial de las leges y los iura romanos junto con interpretaciones de ambos.[63]

En 546 Teudis promulgó una ley sobre costas procesales.[64]

Isidoro de Sevilla dice que Leovigildo modificó la legislación de Eurico. Esto ha hecho pensar que este rey promulgó un nuevo código, el Codex Revisus, probablemente hacia 580. Este código no se conoce, aunque se ha supuesto que muchas de sus normas pasaron al Código de Recesvinto o Liber iudiciorum en 654. El intento de reconstruir el contenido del Código de Leovigildo a través de las antiquae del Liber iudiciorum parece imposible, porque estas son de procedencia diversa.[1]

Imitatio imperii

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El rey visigodo Teodorico II, según el historiador Javier de Arce, ya actuaba como un emperador romano. Según Sidonio Apolinar, este rey se sentaba en un determinado tipo de asiento, calificado como sella.[65]

Con posterioridad, Leovigildo usaba hábito e insignias de poder (manto púrpura, corona, cetro...) y se sentaba en un trono.[66][67][68]

Leovigildo conoció las ceremonias de la corte bizantina a través del Panegírico a Justino II de Flavio Cresconio Coripo y se dedicó a emularlas en su corte de Toledo.[69]

Los visigodos utilizaban por entonces monedas similares a las del Imperio romano de Oriente pero a partir de 574 Leovigildo empezó a acuñar monedas que incluían su nombre. En 575 el monarca visigodo empezó a omitir el nombre del emperador bizantino y a poner solamente el suyo, con su efigie acompañada de atributos de poder, así como apelativos propios de un emperador como dominus noster, victor, iustus, valens, pius e inclitus rex. [70]​ Los siguientes reyes visigodos hispanos hicieron lo mismo. [66]

Cuando el emperador bizantino Tiberio II empezó a acuñar monedas con una cruz elevada sobre tres gradas, Leovigildo copió el diseño y este fue reproducido por otros reyes visigodos.[66]

Persecución religiosa

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Juan de Bíclaro cuenta que Leovigildo reaccionó a la rebelión de Hermenegildo convocando un sínodo de obispos arrianos en Toledo en 580. En este sínodo se dispuso que los católicos que quisieran ser arrianos no necesitarían volver a bautizarse, siendo suficiente una ablución con imposición de las manos, una comunión con base en las creencias arrianas y adoptar la fórmula no trinitaria de "gloria al padre, por el hijo en el Espíritu Santo".[71]

Por ello se divulgó un libelo contra Leovigildo. Este libelo sería recordado por el canon 16 del III Concilio de Toledo del 589 para calificar a Leovigildo como detestable.[71]

Para atraer a obispos y personas influyentes católicas hacia el arrianismo se organizaron coloquios sobre doctrina. Uno de ellos tuvo lugar en la Basílica de Santa Eulalia de Mérida entre el obispo católico Mausona y el obispo arriano Sunna.[72]

Debido al fracaso de estas medidas, Leovigildo comenzó una persecución contra los católicos. Isidoro de Sevilla la relata del siguiente modo:[73]

Lleno de furor por la perfidia arriana, inició una persecución contra los católicos, envió al destierro a muchísimos obispos, suprimió las rentas y privilegios de las iglesias, atreviéndose también, entre otros contagios de su herejía, a rebautizar a los católicos, no solo del pueblo sencillo, sino también de la dignidad del orden sacerdotal, como el obispo Vicente de Zaragoza, al que convirtió de obispo en apóstata.[73]

Gregorio de Tours, por su parte, narra la persecución como si hubiera sido instigada por Gosvinta:[74]

Aquel año [580] hubo una gran persecución en España contra los cristianos, de tal modo que muchos fueron desterrados, expoliados de sus bienes, muertos de hambre, encarcelados, azotados y muertos por diversos suplicios. La cabeza de este crimen fue Gosvinta.[74]

Leovigildo intentó atraer al arrianismo al obispo católico de Mérida, Mausona, pero este se negó. El obispo fue desterrado a un monasterio durante casi cuatro años.[75]

Según Isidoro, el obispo de Sevilla Leandro fue desterrado, pero se desconoce a dónde y el periodo.[76]​ Pudiera haber sido desterrado entre 580-581, tras no aceptar el sínodo arriano de Toledo, o en 585, después de que Leovigildo ocupase Sevilla.[77]​ Es posible que este destierro hubiese sido en Constantinopla.[77]​ Según el cronista del siglo XIII Rodrigo de Cerrato, Leandro fue desterrado de Sevilla a Cartagena.[76]

Dos embajadores francos que habían estado en Hispania para tratar de la dote de Rigunthis, hija de Chilperico I, para su matrimonio con Recaredo, se encontraron con Gregorio de Tours. Este les preguntó por la persecución arriana y el embajador Ansovaldo le contestó:[47]

Los cristianos que habitan en España conservan íntegra su fe católica; pero el rey trata ahora de turbarla con un nuevo engaño, fingiendo dolosamente que acude a orar en los sepulcros de los mártires y en las iglesias de nuestra religión. Dice pues: se muy bien que Cristo es hijo de Dios e igual al Padre, pero no creo en absoluto que el Espíritu Santo sea Dios, porque no se lee en ningún códice que sea Dios.[47]

Notas

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Referencias

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  1. a b c Gacto Fernández, Alejandre García y García Marín, 2003, p. 70.
  2. de Salazar y Castro, Luis (1696). «Libro II, Capítulo I». Historia Genealógica de la Casa de Lara. Tomo I. p. 45. 
  3. Luís Paulo Manuel de Meneses de Melo Vaz de São Paio, "A Herança Genética de D. Afonso Henriques", Universidade Moderna, 1.ª Edição, Porto, 2002, Árv. XXVa
  4. a b William Reinhart (1944-1945). «El rey Leovigildo, unificador nacional». Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología: BSAA 11: 97-107. ISSN 0210-9573. 
  5. Gregorio de Tours, Decem Libri Historiarum, V.38f; translated by Lewis Thorpe, History of the Franks (Harmondsworth: Penguin, 1974), pp. 301f
  6. Soto Chica, 2023, p. 13.
  7. Soto Chica, 2023, pp. 14-16.
  8. Soto Chica, 2023, pp. 16-17.
  9. Soto Chica, 2023, pp. 1-2.
  10. a b Soto Chica, 2023, p. 5.
  11. Menéndez Pidal, 1980, p. 158.
  12. Soto Chica, 2023, pp. 18-21.
  13. Soto Chica, 2023, pp. 21 y 96.
  14. a b Soto Chica, 2023, p. 22.
  15. Soto Chica, 2023, pp. 22 y 33.
  16. Soto Chica, 2023, pp. 8-9.
  17. Soto Chica, 2023, p. 23.
  18. Soto Chica, 2023, p. 39.
  19. Soto Chica, 2023, p. 35-36.
  20. Soto Chica, 2023, pp. 42-43.
  21. Soto Chica, 2023, p. 28.
  22. Soto Chica, 2023, p. 30.
  23. Soto Chica, 2023, pp. 54-56.
  24. Soto Chica, 2023, pp. 56 y 60.
  25. Soto Chica, 2023, p. 63.
  26. Soto Chica, 2023, pp. 85-88.
  27. Soto Chica, 2023, pp. 90-91.
  28. Soto Chica, 2023, p. 43.
  29. Soto Chica, 2023, pp. 96-98.
  30. a b c Soto Chica, 2023, p. 116.
  31. a b Soto Chica, 2023, pp. 108-110.
  32. Soto Chica, 2023, p. 111.
  33. Soto Chica, 2023, pp. 111-112.
  34. Soto Chica, 2023, pp. 108-109.
  35. Soto Chica, 2023, p. 129.
  36. Soto Chica, 2023, p. 130.
  37. Soto Chica, 2023, pp. 135-136.
  38. Laura Olmo Enciso (1998). «Consideraciones sobre la ciudad en época visigoda». Arqueología y territorio medieval (5): 109-118. ISSN 1134-3184. 
  39. Collins, 2005, p. 52.
  40. Juan de Biclaro, Chronicle, 27, 32, 36, 40, 47, 51; translated in Kenneth Baxter Wolf, Conquerors and Chroniclers, second edition, pp. 62-67.
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Bibliografía

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Enlaces externos

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Predecesor:
Liuva I
Rey de los Visigodos
572 – 586
Sucesor:
Recaredo I