Tras años evitando sus problemas, Renn Wheeland (NICK JONAS) se ve obligado a enfrentarse a su mayor temor: la reciente muerte de su madre, Lily (ELISABETH SHUE). Mientras viaja a casa para asistir a su funeral, Renn conoce a Zoey (ALEXANDRA SHIPP), que le proporciona la excusa perfecta para evitar enfrentarse a su nueva realidad. Una vez en casa, Renn es recibido por su ansioso padre, Darren (MATT WALSH) y su prepotente hermana, Leigh (BRITTANY SNOW). Renn y Leigh tienen una relación complicada, que hará que los siguientes días sean difíciles, ya que los recuerdos del pasado comienzan a inundarlos. Además, la despedida de su madre tiene un matiz añadido, ya que Renn y Leigh no están solos, sino que se les une su padrastro, Rick (DAVID ARQUETTE), cuya relación con Renn es de todo menos mágica. Y está claro que la visión que Rick tiene de un funeral no coincide con la de Renn: Renn quiere una cremación; Rick compró un ataúd. Renn quiere que un miembro de la familia mencione un discurso panegírico; Rick se lo ha pedido a un sacerdote. Y a medida que el proceso de duelo se hace más y más duro, la necesidad de evasión de Renn aumenta, dando lugar a una floreciente amistad con Zoey. Finalmente, Renn encuentra el valor para levantarse en el funeral de Lily y compartir un recuerdo sobre su madre, uno que confronta la pérdida que ha estado evitando. Al final, ha creado una nueva relación con Leigh, forjada a partir del dolor. Ha hecho conexión con Darren, se ha reconciliado con Rick y ha forjado una nueva amistad con Zoey. Después de eso, a Renn sólo le queda una cosa por hacer: empezar el proceso de curación.