Incendio
Un incendio es una ocurrencia de fuego no controlada que puede afectar o abrasar algo que no está destinado a quemarse. Puede afectar a estructuras y a seres vivos.
La exposición de los seres vivos a un incendio puede producir daños muy graves hasta la muerte, generalmente por inhalación de humo o por desvanecimiento producido por la intoxicación y posteriormente quemaduras graves.
Para que se inicie un fuego es necesario que se den conjuntamente tres componentes: combustible, oxígeno y calor o energía de activación, lo que se llama triángulo del fuego.
Qué hacer en caso de incendio
Los accidentes con fuego son una de las calamidades más destructivas y peligrosas. Por ello, es importante saber reaccionar rápido y correctamente cuando aparecen.
En caso de incendio:
- Avisar al resto de personas: habitantes de la casa, vecinos del edificio, o gente en una zona natural. Los discapacitados pueden requerir algún tipo de ayuda si hay que escapar.[1]
- Llamar por teléfono a los bomberos y a los servicios médicos de emergencia (es posible consultar una lista de números de teléfonos de emergencia de diversos países donde hablan el español aquí).
- Si el fuego es incontenible, la principal reacción es utilizar alguna vía de escape para salir por ahí de la zona de incendio. Las vías de escape incluyen a: puertas, ventanas muy bajas, escaleras, pasillos, zonas de campo sin llamas, etc. Estando en el campo, y en caso de duda de hacia dónde ir, avanzar hacia abajo y en contra de la dirección del viento (que es visible en el humo). Algunos edificios tienen vías de escape para incendios que están señalizadas con carteles, y escaleras de incendios en alguna fachada exterior. Estando en un edificio, la huida es hacia fuera, mientras eso sea posible. Hay que escapar pronto, pero hay tiempo para ello antes de que el fuego inunde la última de las vías de escape disponibles, o corte el acceso a ella. Durante la huida, conviene mantenerse alejado de donde haya gasolina, gas u otras sustancias inflamables (como una cocina o los coches en un garage), por el riesgo de que puedan explotar. Abrir las puertas con cuidado por si hay fuego detrás (y, si el asa de una puerta está muy caliente, es probable que sí). Es posible obstruir el avance del fuego cerrando las puertas por donde vaya a pasar, pero conviene cerrarlas de manera sencilla, sin llave y sin pestillo, para que puedan ser abiertas fácilmente si es necesario. Está recomendado utilizar las escaleras en vez del ascensor, pues el fuego podría cortar la corriente eléctrica y dejar a sus ocupantes atrapados dentro y envueltos en humo. Después de escapar de un incendio, conviene no regresar a él aunque uno se haya dejado algo olvidado allí (obviamente, porque intentar regresar sería peligroso).
- Si el humo es excesivo, agacharse y avanzar gateando, puesto que el humo tiende a ir hacia arriba. El cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo o un trozo de ropa húmedo puede servir de barrera respiratoria contra el humo. Además, es posible obstruir el avance del humo cerrando las puertas por donde vaya a pasar, pero conviene cerrarlas de manera sencilla, sin llave y sin pestillo, para que puedan ser abiertas fácilmente si es necesario.
- Evitar inhalar vapores tóxicos, alejándose de ellos, y bloqueando su entrada hacia los espacios donde alguien vaya a estar. Como en el caso del humo, agacharse y avanzar gateando por el suelo, y cubriéndose la nariz y la boca con un pañuelo o un trozo de ropa húmedo que sirva de barrera respiratoria. Igualmente, es posible obstruir el avance de los gases cerrando las puertas por donde vaya a pasar, pero conviene cerrarlas de manera sencilla, sin llave y sin pestillo, para que puedan ser abiertas fácilmente si es necesario. Diversos productos sintéticos de la actualidad desprenden gases tóxicos cuando arden (como muchas pinturas).
- En caso de quedar encerrado por el fuego:
- Dentro de una casa:
- Es requerido avisar por teléfono a los bomberos y a los servicios médicos de emergencia (es posible consultar una lista de números de teléfonos de emergencia de diversos países donde hablan el español aquí). Además de avisar a cualquiera con gritos y señales lumínicas.
- Es posible obstruir el avance de las llamas cerrando las puertas por donde vaya a pasar, pero conviene cerrarlas de manera sencilla, sin llave y sin pestillo, para que puedan ser abiertas fácilmente si es necesario.
- Estando en una habitación, puede ser conveniente tapar sus aperturas y rendijas externas con ropa húmeda y otros objetos, para así obstaculizar la entrada de fuego y humo hacia el interior. Y, si entra humo, permanecer cerca del suelo para evitar inhalarlo.
- Si al lado hay espacios abiertos o habitaciones (por ejemplo, en edificios de vecinos), y no están ardiendo, la única manera de escapar vivo de allí puede ser que alguien (uno mismo, o la gente que haya fuera) use un objeto contundente para romper alguna pared, suelo o techo, y salir a través del agujero hacia un espacio sin llamas.[2]
- Es posible salir al balcón y esperar a ser rescatado por los bomberos mediante un brazo mecánico de autoescala o una lona elástica. Aunque, en situaciones desesperadas, algunos han logrado escapar descendiendo desde su balcón o ventana por una cuerda o sábana, o saltando desde allí hacia alguna base mullida (por ejemplo: de colchones) que ellos mismos han preparado tirando cosas desde allí o que ha sido colocada por sus vecinos.
- En la naturaleza:
- Avisar por teléfono a los bomberos y a los servicios médicos de emergencia (es posible consultar una lista de números de teléfonos de emergencia de diversos países donde hablan el español aquí). Además de avisar a cualquier otra persona con gritos y señales lumínicas.
- Es posible meterse en un hueco, o cavar uno mismo una zanja, o hacer un parapeto, para que le sirva a uno de refugio. Pero cualquier refugio o parapeto tiene que estar hecho o rodeado de materiales no-inflamables, como la piedra, la tierra sin vegetación, etc.
- Si no quedan sitios seguros y el fuego se aproxima, es posible intentar escapar atravesándolo por arriba, como un recurso desesperado. Empapar la ropa en agua dificulta que arda.
- Dentro de una casa:
- En caso de ser alcanzado por las llamas: Intentar apagarlas mediante agua (incluso sumergiéndose), azotándolas (por ejemplo: con mantas), rodando por el suelo[3] o directamente con un extintor. La humedad en la ropa dificulta que arda.
- Si hay algún aparato eléctrico que arde o puede arder, desenchufarlo (si es que uno puede hacer eso con seguridad). Y, siempre que el origen del fuego sea el sistema eléctrico, ir al panel eléctrico (caja de fusibles) de la casa y desactivar la corriente eléctrica de esa zona dañada, si es posible. A continuación, pasar a apagar el fuego (también si es que uno puede hacer eso con seguridad) tal como aparece descrito más abajo.
- Si hay alguna sustancia inflamable que arde o puede arder, cortar el vertido de esa sustancia o el posible acceso que haya entre esa sustancia y las llamas (si es que es posible hacer eso con una seguridad suficiente). A continuación, pasar a apagar el fuego (también si es posible hacer eso con una seguridad suficiente) tal como aparece descrito más abajo.
- Si el fuego es manejable, es posible intentar apagarlo. Hay tiempo para quedarse a intentarlo antes de que vaya a cerrar o inundar todas las vías de escape que queden, pues alguna de éstas debe ser utilizada para salir por allí a tiempo. Existen varias maneras de apagar un fuego:
- El mejor método es utilizar un extintor (extinguidor o matafuego) que contenga dióxido de carbono (CO2) y/o algún polvo químico seco, pues vale para distintos tipos de fuego (un extintor así, normalmente, sería de color rojo, y estaría clasificado con cualquier combinación de letras que no sea sólo "A"). Antes de usarlo, hay que retirarle un seguro (normalmente una varilla con anilla y una cinta, insertada en la zona de las palancas con forma de pinza que tiene el extintor). Para apagar el fuego, apuntar con su manguera a la base de las llamas y apretar las palancas.
- El arrojar agua a las llamas es efectivo. Sin embargo, en zonas en las que la electricidad circula, o podría estar circulando, el utilizar mucha agua, o extintores de agua simple (clasificados como sólo "A", y normalmente plateados), puede provocar riesgo de electrocutarse, pues el agua transmite la corriente eléctrica. Por ello, es conveniente apagar antes los aparatos eléctricos que haya allí, o incluso desenchufarlos, o directamente ir al panel eléctrico (caja de fusibles) de la casa y desactivar la corriente eléctrica de la zona del incendio. Además, cuando hay algún tipo de aceite incendiado, el agua puede provocar que salte en todas direcciones y chisporrotee.
- También es posible sofocar las llamas con una manta, azotándolas o cubriéndolas con ella (no simplemente tirando la manta a las llamas). Una manta eliminará parte del oxígeno que el fuego necesita para mantenerse encendido. La manta debería ser ignífuga (especialmente resistente al fuego), o, si no, es posible intentarlo con una manta muy gruesa. Si hay riesgo de electrocutarse, desenchufar los aparatos eléctricos que haya allí, o ir al panel eléctrico (caja de fusibles) de la casa y desactivar la corriente eléctrica de la zona del incendio.
- De manera similar, es posible sofocar llamas pequeñas mediante pisotones con la suela de los zapatos (con el cuidado suficiente como para no arder uno mismo), antes de que crezcan y provoquen un incendio mayor. En el raro caso de que, pisando una llama pequeña, ésta suba por la ropa y la incendie, la ropa podría ser apagada azotándola (por ejemplo: con mantas), o con agua, o rodando por el suelo, o directamente con un extintor.
- Los incendios pequeños pueden ser apagados con bicarbonato de sodio, en una cantidad proporcional.
Origen de un incendio
En los edificios, los fuegos (no procede el término incendios) pueden empezar por causas muy variadas: fallos en las instalaciones eléctricas o de combustión, como las calderas, escapes de combustible, accidentes en la cocina, niños jugando con mecheros o fósforos, o accidentes que implican otras fuentes de fuego, como velas y cigarrillos. El fuego puede propagarse rápidamente a otras estructuras, especialmente en aquellas que no cumplen las normas básicas de seguridad haciendo que por ello pase a etapa de incendio, ya que el incendio es la siguiente etapa del fuego descontrolado ante la ausencia de los sistemas de protección pasiva y activa de los incendios. Ya se ve que no se habla de sistemas de protección contra fuegos, sino contra incendios. Por ello, muchos municipios ofrecen servicios de bomberos para extinguir los posibles incendios rápidamente.
También existen los incendios provocados intencionalmente, lo cual es un acto de vandalismo y en consecuencia constituye un delito penado con sanciones de prisión.
Clases de incendio
Para efectos de clasificación de los incendios, las clasificaciones más extendidas son la estadounidense y la europea.
Estados Unidos y México
En Estados Unidos[4] y México[5] los fuegos se clasifican en cinco grupos: A, B, C, D y K.
- Clase A: fuegos que implican madera, tejidos, goma, papel y algunos tipos de plástico o sintéticos.
- Clase B: fuegos que implican gasolina, aceites, pintura, gases y líquidos inflamables y lubricantes.
- Clase C: son aquellos fuegos que comprometen la parte eléctrica.
- Clase D: fuegos que implican metales combustibles, como el sodio, el magnesio o el potasio, u otros que pueden entrar en ignición cuando se reducen a limaduras muy finas.
- Clase K: La clase K (kitchen) es indicada principalmente para fuegos en cocinas; se refiere a los incendios que implican grandes cantidades de lubricantes o aceites. Aunque, por definición, la clase K es una subclase de la clase B, las características especiales de estos tipos de incendios se consideran lo suficientemente importantes como para ser reconocidos en una clase aparte. En Europa corresponde a la clase E, pues las clases de fuegos siguen el abecedario A, B, C, D, E.
Dentro de poco tiempo se tendrá la clase F para fuegos de origen radiactivo.[cita requerida]
Australia y Europa
En Australia los incendios se clasifican en seis grupos,[6] y en cinco en la Comunidad Europea:[7][8]
- Clase A: Son los fuegos de materiales sólidos, generalmente de naturaleza orgánica, cuya combustión se realiza normalmente con la formación de brasas, como la madera, tejidos, goma, papel y algunos tipos de plástico.
- Clase B: Son los fuegos de líquidos o de sólidos licuables,[8] como el petróleo o la gasolina, pintura, algunas ceras y plásticos.
- Clase C: incendios que implican gases inflamables, como el gas natural, el hidrógeno, el propano y el butano.
- Clase D: incendios que implican metales combustibles, como el sodio, el magnesio, el potasio y muchos otros cuando están reducidos a virutas muy finas.
- Clase E: incendios en equipos o instalaciones eléctricas. Esta clase ya no existe en la regulación europea.
- Clase F: Son los fuegos derivados de la utilización de aceites. Las altas temperaturas de los aceites en un incendio exceden con mucho las de otros líquidos inflamables, haciendo inefectivos los agentes de extinción normales.[9][10]
Véase también
Referencias
- ↑ «Fire safety risk assessment: means of escape for disabled people (accessible version) - GOV.UK». web.archive.org. 14 de abril de 2022. Archivado desde el original el 14 de abril de 2022. Consultado el 4 de agosto de 2023.
- ↑ ABC (15 de marzo de 2023). «Rescatan a tres personas acorraladas por las llamas a través de un agujero que abrieron en la pared». Diario ABC.
- ↑ «CAL FIRE - Stop, Drop and Roll». web.archive.org. 14 de agosto de 2016. Archivado desde el original el 14 de agosto de 2016. Consultado el 4 de agosto de 2023.
- ↑ Estándar NFPA 10-2013,3.3.4
- ↑ Norma Oficial Mexicana NOM-002-STPS-2010,4.11
- ↑ Estándar Australiano AS-2444-2010,1.1.4
- ↑ Norma europea EN 2:1992
- ↑ a b Norma española UNE-EN 2:1994
- ↑ Norma europea EN 2:1992/A1:2004
- ↑ Norma española UNE-en 2:1994-A1:2005
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre Incendio.
- Wikinoticias tiene noticias relacionadas con Incendio.
- Incendios Forestales: Fundamentos, Lecciones Aprendidas y Retos de Futuro. Editorial AIFEMA, Granada (Spain), 256 p. ISBN 978-84-613-7860-9.
- Sistema Balístico para el Control y la Extinción de Incendios Forestales.