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Cubo (recipiente)

recipiente capaz de retener líquidos

Un cubo, balde, tobo (en Venezuela) o cubeta (en México) es un recipiente o vasija en forma de tronco de cono invertido para que su concavidad pueda retener sustancias fluidas. Para facilitar su uso y el transporte dispone de un asa semicircular que está sujeta por sus extremos al borde superior.[1]

Cubetas llenas de tierra y agua para extinguir fuegos.

Etimología, tipos y uso

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La academia señala su origen liguístico como masculino de la voz "cuba" (del latín «cupa»). Como recipiente es sinónimo de receptáculo, cubeta y balde.[2]​ Puede ser de plástico o metal (y los más antiguos de madera y luego zinc ). El de uso más común puede contener cinco litros de volumen, aunque existen diferentes tamaños. Su uso más tópico, desde la antigüedad, ha sido para el transporte de agua desde las fuentes o pozos, para acumularla y conservarla en recipientes (barriles, cisternas, pilones). Algunos cubos, más pequeños, se emplean como juguetes infantiles de playa.

Para camping, existen cubos de tela que no del todo impermeable, que llenos de agua y colgados en un lugar aireado, disminuyen algunos grados la temperatura por enfriamiento evaporativo, funcionando de la misma manera que el botijo de agua español.[3]

Entre las frases hechas y refranes relacionados con el cubo, resulta sugerente, casi misteriosa, la que dice: "Eres más simple que el asa de un cubo".[4]​ También en Venezuela se emplea la frase "darle hasta con el tobo".

Historia

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Cubo de Hemmoorer, Warstade (Cuxhaven), quizás uno de los primeros cubos de Occidente.
 
Acetre nazarí de la Alhambra, Granada (siglo XIV).

En la geografía ocupada por el Imperio romano[5]​ se han hallado restos arqueológicos de cubos de hierro y metal (forjados en latón o bronce); los recipientes ya llevaban un asa, pero tenían en su base un pie central como un cáliz. Se considera al cubo de Hemmoor („Hemmoorer Eimer)“, al oeste de Hamburgo,[6]​ como uno de los primeros restos arqueológicos del recipiente que luego sería el cubo doméstico.

Documentado en la vasta geografía del Imperio romano, como recipiente alternativo al cántaro, su empleo para el transporte de vino, en la Edad Media tuvo el cubo muy diversos usos, entre ellos el transporte de agua en centros urbanos que dio como fruto el casi universal oficio de aguador.

Acetres y sítulas

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En contextos por lo general relacionados con el uso religioso, el cubo, como forma y diseño, tiene un hermano menor aunque más lujoso, en las «sítulas», pozales ceremoniales fabricados desde la Edad del Hierro. Para Plutarco y otras fuentes, la sítula era un objeto simbólico devocional de Isis, de ahí que a la diosa egipcia se la representase llevando una sítula con agua del sagrado río Nilo. Otro recipiente de esta familia sería el acetre.[7]

Modelos en la historia de la pintura

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Véase también

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Referencias

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  1. Casares, Julio: Diccionario Ideológico de la Lengua Española (2ªed. 1975): Editorial Gustavo Gili, Barcelona. ISBN 84-252-0126-8.
  2. Corripio, Fernando: Diccionario de ideas afines. 1985. Editorial Herder. Barcelona. ISBN 84-254-1515-2.
  3. Gabriel Pinto; José Ignacio Zubizarreta. «Enfriamiento del agua contenida en un botijo». Consultado el 9 de abril de 2011. 
  4. María Isabel Rodríguez Ponce: "Nuevas aportaciones sobre las comparaciones estereotipadas en la enseñanza de ELE". Universidad de Extremadura Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine. Consultado en enero de 2015
  5. Referencia sobre el uso de los romanos de los cubos de metal de Michael Erdrich: Zu den Messingeimern vom Hemmoorer Typ: Verbreitung, Datierung und Herstellung. En: Rom an der Niederelbe. Catálogo de la exposición, Neumünster 1995, S. 71-80. ISBN 3-529-01836-8.
  6. archäologisch entstaubt den Hemmoorer Eimer. Resto arqueológico del mes. En: archäologisch.
  7. Diccionario de términos de arte, Guillermo Fatás y Gonzalo M. Borrás. Alianza Editorial, Madrid, 1999. p. 11 (acetre) y p. 295 (sítula). ISBN 978-84-206-3657-3

Enlaces externos

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