Ayuso, tras la imputación del fiscal general: “El ciudadano está indefenso ante un Gobierno que utiliza prácticas mafiosas”

La lluvia golpea el techo de la Asamblea de Madrid, pero los rayos y los truenos están dentro del hemiciclo, donde este jueves se vive una sesión tormentosa, con acusaciones cruzadas alrededor del encausamiento del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz; de los casos de corrupción del PP; y de las presuntas tramas que afectan ahora al PSOE. “El ciudadano está indefenso ante un Gobierno que utiliza prácticas mafiosas”, espeta la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, sobre la causa abierta por revelación de secretos para esclarecer si García Ortiz tuvo que ver con la supuesta filtración a la prensa de un correo electrónico remitido a la Fiscalía por el abogado de Alberto González Amador, la pareja de la baronesa, a su vez investigado por la presunta comisión de dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad en documento mercantil.

“Tienen dirigiendo el pleno a una investigada por cuatro delitos”, le contesta la líder de Más Madrid, Manuela Bergerot, en referencia a la diputada Ana Millán.

“Bien que calla con la condena a Prada, con los casos de Ignacio González, Paco Granados...”, repasa Juan Lobato, el portavoz del PSOE, las tramas de corrupción de los conservadores en Madrid.

Es una jornada llena de giros efectistas, diseñada para las televisiones. Puro show. Por dos veces, Ayuso sustituye el “muchas gracias, presidenta” con el que protocolariamente debe arrancar cada respuesta por un “muchas gracias, cariño”, un guiño a un mensaje enviado por Koldo Izaguirre, mano derecha del exministro José Luis Ábalos, a la expresidenta de Baleares, y actual presidenta del Congreso, Francina Armengol, en el marco de compras de pruebas para el coronavirus, según la investigación judicial. En la misma línea, Bergerot pone la diana en Millán. Y, poniéndose la venda antes de la herida, Lobato anima a Ayuso a no hablar del fiscal general hasta que su caso haya sido resuelto, poniendo como ejemplo, sin mencionarla, que él no se ha referido aún a la investigación que afecta a Millán. Pero eso es un imposible.

“Ayer [por el miércoles] el señor Sánchez, el señor 1 de todas las tramas de corrupción que está asolando España, se atrevió desde el Congreso de los diputados a difamarme nuevamente, así que aquí le pienso responder, porque si vamos a hablar de la corrupción de la A a la Z, no vamos a empezar por Ábalos y vamos a acabar de Zapatero, vamos a hablar de la B de Berni, de Barrabés y de Begoña, la mujer del presidente del gobierno, imputada y que está en todas las salsas, otra que va pa’lante”, es el arranque torrencial de Ayuso.

“El último es el fiscal general del Estado, puesto ahí porque no tiene ni pundonor ni ningún tipo de prestigio, el primero imputado por obedecer a las obsesiones del presidente del Gobierno conmigo”, sigue. “Esto es un desastre para España”, diagnostica. “Todos los poderes del Estado han actuado contra un ciudadano particular”, sigue, en referencia a González Amador, investigado por la presunta comisión de dos delitos fiscales y uno de fraude en documento mercantil.

Y remata: Son ustedes unos mafiosos y unos estalinistas trabajando contra el adversario, algo que aquí jamás haríamos contra sus familiares (...) El ciudadano español está indefenso ante este gobierno que utiliza prácticas mafiosas (...) Es un gobierno de tiranos, de caraduras, que vulnera los derechos de los ciudadanos, y por eso Pedro Sánchez también va pa’lante”.

La ovación que sigue es copiosa como la lluvia que sigue repiqueteando contra el techo. Y la tormenta no amaina.

Primero, porque uno tras otro, todos los intervinientes del PP vuelven al mismo asunto. “Ustedes pertenecían a un partido de Estado, y ahora se ven aquí en la Asamblea defendiendo a una organización criminal (...) Esto no es un Gobierno, tampoco es un partido, esto es la mafia”, dice Carlos Díaz-Pache, el portavoz del PP, mientras se dirige a los diputados socialistas. “Con Pedro Sánchez, los tribunales de justicia no tienen ni un minuto de sosiego”, continúa el portavoz gubernamental, Miguel Ángel García Martín. “La Ciudad de la Justicia se nos ha quedado pequeña con todos los casos que afectan al presidente, a su mujer, a su hermano, a su partido, a su gobierno... y ahora al fiscal general del Estado”.

Y segundo, porque la oposición también contesta, y contraataca, como hace Bergerot, que señala una realidad incómoda, incluso chocante: Ana Millán, investigada por la presunta comisión de un delito de prevaricación administrativa, dirige el pleno de la Asamblea por segunda sesión consecutiva, ya que el presidente, Enrique Ossorio, está enfermo.

“Pensé que a estas alturas ya habría dimitido, pero parece que está haciendo méritos para ser senadora”, lanza Bergerot mientras el rostro de Millán se transforma en una mueca de extrañeza, quizás dolor, ante una mención a la que no puede contestar, como miembro de la Mesa, lo que ha provocado que una compañera suya del PP reclame que se impidan referencias semejantes. “Señora Ayuso, señorías del PP, tienen dirigiendo el pleno a una diputada que está acusada por cuatro delitos de corrupción y, además, han conseguido imputar al fiscal general del Estado para tapar los delitos del novio de la presidenta”, sigue la líder de la oposición. “Señora Ayuso, usted sí que es la número uno, se creen que este país es su cortijo, que controlan los juzgados, como también creyó Zaplana”.

La mención al expresidente autonómico y exministro del PP, condenado a 10 años de cárcel por el cobro de mordidas en la concesión de las ITV valencianas, corona una sesión que gira alrededor de la idea del “y tú más”; del cómo te atreves, si tú también tienes casos de corrupción; y de la lucha por tener el mejor corte para ofrecer en las televisiones, radios y Tiktok.

De Madrid, mientras tanto, se habla poco en la Asamblea regional. Apenas Lobato se centra en lo que venía a preguntar, que era el Plan de Empleo Joven. Bergerot se escuda en una pregunta genérica, que vale para todo, y se centra en la valoración que le merece a Ayuso la situación política de la región. La nueva portavoz de Vox, Isabel Pérez, ni puede preguntar, tan precipitada fue la salida de Rocío Monasterio. Y así, una jornada más, la política madrileña es devorada por la nacional en el Parlamento regional.