Hifas da Terra, la empresa que factura 14 millones gracias a la esencia de las setas

Hace un día de perros en Bora (Pontevedra). Catalina Fernández de Ana abre la puerta de su despacho, una sala con un enorme ventanal a un bosque cuajado de castaños. Sobre la mesa, el diploma de un curso de liderazgo femenino en Harvard. La bióloga, micóloga y doctora en oncología clínica dirige desde esa pequeña parroquia gallega Hifas da Terra, una firma que produce suplementos nutricionales ecológicos a base de hongos. Un padre fitopatólogo estimuló sus ganas de investigar sobre las setas hace más de dos décadas, cuando estudiaba en Santiago de Compostela. Su madre, estadounidense, le transmitió el interés por emprender. Antes de terminar la carrera ya había lanzado una spin-off que ha crecido hasta convertirse en un grupo con tres sociedades principales, un centenar de empleados (el 70% son titulados superiores) y filiales en cinco países que factura más de 14 millones de euros. Por suerte, con beneficios.

“Estudiamos las moléculas y sus aplicaciones en las concentraciones adecuadas para que la gente se pueda beneficiar de todo lo que la literatura científica nos dice que pueden hacer las setas”, relata la fundadora. Su plan de empresa, como tantos, no contó con grandes facilidades al principio. “Siempre digo que los emprendedores tenemos una parte de locura, sobre todo en proyectos de biotecnología. Tienes que tener una confianza ciega en un futuro que a veces solo tú ves. Durante muchos años fue una lucha en solitario”.

Un máster empresarial de año y medio le dio las herramientas necesarias para arrancar mientras se seguía formando en biomedicina. Anhelaba pureza en sus preparados, buscaba hongos libres de tóxicos (“las setas absorben todo lo bueno, pero también todo lo malo”); concentración de principios activos y un sistema perfecto de trazabilidad. Hifas da Terra empezó cultivando sus propias setas, pero terminó dejando esa labor a terceros para centrarse en la investigación. Fue construyendo un catálogo que ahora está formado por 40 productos para diversas indicaciones, desde mejoras en el sistema digestivo a trastornos del sueño. Después vinieron los ensayos clínicos (están en dos) para utilizar esos mismos complementos en pacientes con cáncer, para los que tiene una línea de suplementos específica. También elaboran cosméticos y productos para la microbiota de las mascotas.

“Nos mueve la ciencia”, resume la fundadora, queriéndose separar de otras empresas que, critica, “solo se guían por las ganancias y son simples envasadores con una plantilla de comerciales”. Sus productos, claro está, no son medicamentos ni obran ningún milagro. “No los hay. No existe eso de tomarse unas píldoras y comer, beber y fumar lo que quieras. Los pilares para una vida sana están en hacer ejercicio, dormir, cultivar una mente sana… tenemos que volver ahí, no todo vale”. Cordyceps, seta de ostra, Maitake, Reishi, Shiitake… sin apenas publicidad Hifas da Terra vende medio millón de frascos cada año, la mayoría prescritos por profesionales de la salud para ayudar a tratar problemas concretos. Su aspiración es que cada vez más sean productos preventivos, que ayuden a tener una vida más saludable y evitar que aparezcan los problemas. Espera que en tres años las ventas hayan dado el salto a los 25 millones de euros, y quizá unirse a alguna empresa del sector que sea complementaria. En 2027 o 2028 podría, dice, incluso salir a Bolsa en Estados Unidos. “Para una biotec el mercado norteamericano es más atractivo”.

Pero el camino, recuerda, se demuestra andando, y la micoterapia es compleja. A sus filiales en Inglaterra, Francia, Italia y Alemania se le unirá este año una en el mercado norteamericano, un lugar complicado para ellos por lo distinta que es la regulación. El hueco en el mercado ya se lo ha hecho. “Ahora falta que nos conozca más gente”.

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