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La piratería amenaza el maná de las camisetas de fútbol

La venta de equipaciones es una fuente de ingresos muy importante para los clubes, pero pocos registran sus diseños

Atletico de Madrid
Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid (derecha), presenta a Matthew James Doherty, el nuevo jugador del equipo, el pasado 1 de febrero.Oscar J. Barroso (AFP7 / ContactoPhoto)

Cada año, el merchandising, y en particular la venta de camisetas de los equipos de fútbol, genera importantes ganancias para los clubes. Entre diciembre de 2021 y mayo de 2022, el Bayern de Múnich fue el equipo que más camisetas vendió, un total de 3.250.000, seguido muy de cerca por el Real Madrid, que sumó 3.050.000 elásticas en este periodo, según un estudio de Euromericas Sport Marketing.

Se trata de un negocio muy rentable y que no para de crecer. Según Gerardo Molina, presidente de Euromericas Sport Marketing, la venta de las elásticas de los clubes de fútbol en el periodo 2021-2022 se incrementó un 34% con respecto al año 2020 y se calcula que para 2023 aumente otro 35%. Contar con estas cifras tan atractivas también conlleva que sea un sector que tenga que lidiar con la comercialización paralela de falsificaciones. Para hacer frente a esta gran problemática respecto a las imitaciones ilegales y su venta, los abogados recomiendan proteger cuantos más elementos de las camisetas mejor: desde el escudo hasta el propio diseño, entendido como la apariencia total o parcial del producto. A pesar de ello, registrar los diseños de las camisetas de los equipos de fútbol no es una práctica muy extendida, con algunas excepciones como el Liverpool, que sí tiene protegido el diseño de su camiseta oficial a nivel comunitario. El motivo principal para no hacerlo es el corto ciclo comercial de la mayoría de ellas, que se renuevan cada temporada.

Sin embargo, sí puede resultar muy útil para aquellas que son conmemorativas, como la que va a presentar el próximo 26 de abril el Atlético de Madrid por su 120º aniversario. “En mi opinión, siempre es recomendable el registro en camisetas de especial repercusión comercial y que puedan tener una vida comercial a medio o largo plazo”, afirma Óscar García, socio de Balder. El abogado mantiene que, si el club quiere actuar frente a imitaciones y no solo contra las copias exactas, debería registrar el diseño, lo que, además, le permitiría prolongar ese amparo hasta 25 años.

En la práctica, para evitar falsificaciones, advierte Pedro Saturio, socio asociado del área de patentes de Elzaburu, los clubes de fútbol protegen como marca una serie de elementos que componen la camiseta y que contribuyen a diferenciarla de otras, a pesar de que puedan tener colores o formas semejantes. Entre estos componentes, como señala David Gómez, socio director de Baylos, están el nombre del club y el escudo o los logos de la marca que esponsoriza la camiseta (como Nike o Adidas) y del patrocinador (como Spotify o Emirates).

Asimismo, añade Carmen González, directora del área de marcas y brand intelligence de Pons IP, en la Unión Europea existe la figura del “diseño no registrado” que permite gozar de protección desde el momento de su divulgación durante un periodo de tres años sin necesidad de hacer ningún trámite. Esta vía suele ser suficiente para las camisetas de los clubes que cambian cada temporada. Eso sí, un diseño sin registrar solo se puede imponer a copias exactas e intencionadas y no frente a meras imitaciones.

Novedad y singularidad

En cualquier caso, la protección jurídica del diseño registrado es, según describe González, más clara y amplia que la del no registrado. La abogada aconseja diseñar una estrategia de protección teniendo en consideración los 12 meses con los que se cuentan desde la primera divulgación del producto para decidir si se inscribe el diseño o si basta con la protección del diseño no registrado. Además, agrega la experta, para poder registrar un diseño, la ley exige que “sea nuevo y se diferencie de los diseños previos, que tenga carácter singular”.

De modo que, como apunta Saturio, la protección registral puede ser especialmente recomendable “cuando el diseño presenta una originalidad especial en su decoración, con una distribución característica de colores y líneas o estampados originales, o bien cuando incluye algunos elementos con formas novedosas, como puede ser un cuello característico”. Un ejemplo de forma novedosa es la primera equipación del Atlético de Madrid de esta temporada, en la que la camiseta rojiblanca ha sustituido sus tradicionales rayas rectas por curvas. Incluso cabe la posibilidad de que los estampados originales se protejan con derechos de autor. “Así ocurrió con la controvertida camiseta kétchup que lanzó el Athletic Club de Bilbao en 2004″, expone Saturio.

La novedad y la singularidad son requisitos difíciles de cumplir por una camiseta de un club que, normalmente, sigue una línea ya reconocida por los aficionados. “Para que un diseño otorgue exclusividad, es decir, que pueda defender que nadie haga nada igual o parecido, tiene que gozar de dos requisitos: novedad y singularidad; esto es, que el diseño produzca en los consumidores una impresión general distinta a la que cualquier otro diseño anterior haya producido”, explica Gómez.

Asimismo, García destaca que el coste del registro de un diseño para protegerlo a nivel comunitario es mínimo en relación con las ganancias que le aporta a un club la venta de elásticas. “Normalmente no supera los 900 euros (tasas incluidas) y cubre un periodo inicial de cinco años, renovables sucesivamente hasta un máximo de 25 años”, apunta.

La opinión de los aficionados

Una de las novedades del plan de reforma del fútbol inglés es que permitirá a los aficionados tener voto sobre el diseño de la camiseta de su club. En opinión de Óscar García, socio de Balder, es previsible que los seguidores de un equipo voten para que el diseño de las elásticas perdure, y en tal caso los diseños registrados tendrán más importancia. Algo en lo que coincide Carmen González, directora del área de marcas de PONS IP, que considera que, si los diseños no se cambiaran cada temporada, su explotación comercial se alargaría en el tiempo y, por tanto, la protección que otorga el diseño no registrado se quedaría corta.


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