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EUROCOPA 2000La selección

Primera situación límite para España

Con Camacho al frente, el equipo nunca se jugó tanto como hoy frente a Eslovenia

Ramon Besa

Un partido menor, sin cartel incluso, se ha convertido en un ejercicio de supervivencia para la selección española. No le vale otro resultado que la victoria, no sólo a efectos de clasificación sino también de rehabilitación, pues en su estreno perdió la credibilidad ganada en los ensayos. En disputa está tanto la suerte del equipo en el torneo como una manera de entender el juego, el único elemento que parece capaz de vertebrar a una España que camina por la Eurocopa sin hinchada, con los futbolistas desenchufados y aturdidos por la derrota frente a Noruega y la crítica desconcertada. Eslovenia sería en condiciones normales un saco de golpes para el grupo de Camacho. Hoy, sin embargo, se presenta como un adversario difícil de calibrar. España juega más esta tarde en Amsterdam contra sí misma que frente a Eslovenia.Camacho parece más dispuesto a insistir en el concepto futbolístico rebatido por Noruega que en cambiar de plan y de juego. Habrá cambios en la alineación, pero ninguno afectará seguramente al credo del equipo pintado por el técnico murciano. Abelardo puede sustituir a Paco, Mendieta entrar por Fran y Alfonso actuar en el puesto de Urzaiz, e incluso Sergi parece en mejor forma que Aranzabal, aunque no se antoja condición suficiente para ser alineado. Por el contrario no se prevén novedades en el espinazo del colectivo (Molina-Hierro-Guardiola-Raúl), aunque la actuación de Guardiola en su estreno ha provocado cierto debate sobre su estado físico y las dificultades que tuvo para activar el circuito de juego.

Frente a Noruega, no sólo hubo un problema de circulación de la pelota, pastosa y sin ritmo, sino de interpretación del juego y de disposición, de manera que la selección se ha juramentado para entrar en el encuentro desde el primer minuto. No ha lugar para la especulación. España necesita reafirmarse colectiva e individualmente. "Hay que recuperar el espíritu con el que nació la selección", coinciden algunos jugadores, "aquel que Valdano definió como el equipo de los 11 camachitos". El seleccionador se ha encomendado a sus jugadores y no les ha pedido otra cosa que sean responsables y se expresen con la misma determinación que mostraron durante los torneos entre clubes.

A la tensión competitiva hay que añadir una mejora en la fluidez del juego y un mejor aprovechamiento de las ocasiones. El equipo se quedó tieso, sin gol, de manera que cualquier error defensivo se ha convertido en el anuncio de un mal resultado. El equipo se recluye, como espantado, y se enfrenta al rival sin abrir el campo, sin profundizar, sin arriesgar, condiciones indispensables para vencer. Eslovenia es muy diferente a Noruega, que fiaba su juego a las jugadas de estrategia, pero puede resultar igualmente combativa en el intercambio de golpes. Los resultados ante Francia (3-2) y Yugoslavia (3-3), partidos que llegó a dominar por 0-2 y 0-3 respectivamente, no le dan precisamente un papel secundario al equipo manejado en la cancha por Zahovic, un futbolista que vive enganchado al gol (marcó nueve en la fase previa y dos en su debut en el torneo).

La distensión en un bando, el de Eslovenia, es tan notoria como la tensión en el otro, el español, donde la situación es límite, no hay margen para el error ni vale la fatiga como excusa. Una derrota podría tener efectos catastróficos. Acostumbrada a navegar con viento a favor, hay dudas sobre cómo reaccionará la selección española ante una situación de adversidad que es novedosa en el equipo de Camacho, pues hasta ahora no afrontó ningún partido de alto riesgo que no sea el de su debut oficial en Israel. Hoy no le vale otra alternativa que ganar o ganar.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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