El Alavés asciende a Primera con un gol en el descuento de la prórroga ante el Levante

Asier Villalibre llegó a Vitoria como cedido en el mercado de invierno. Fue un buen complemento para el equipo vitoriano, con cinco goles en los minutos que jugó, pero en la noche valenciana le llegó la oportunidad de ganarse el recuerdo perpetuo de la afición alavesista. Fue en el descuento de la prórroga, en la última jugada, tras un córner en el que subió el portero alavesista a la desesperada. Salió el balón rechazado, y en el último instante, la pelota golpeó en la mano de Pier. Después de varios minutos de suspense, el árbitro acudió al VAR. Vio la jugada y señaló penalti. Con tranquilidad pasmosa, Villalibre lanzó, engañó a Femenías y llevó a su equipo a Primera.

LEVLevante

0

Joan Femenias, Marc Pubill, Vezo (Postigo, min. 110), Róber, Alex Muñoz, Joni Montiel (Robert Ibáñez, min. 92), Iborra, Pepelu, De Frutos (Son, min. 111), Mohamed Bouldini (Soldado, min. 62) y Brugué (Wesley, min. 57)

ALA Alavés

1

Sivera, Rubén Duarte (Javi López, min. 90), Abdel Abqar, Nahuel Tenaglia (Jason, min. 97), Sedlar, Luis Rioja, Guridi (Joaquín Panichelli, min. 85), Carlos Benavídez, Xeber Alkain (Abde Rebbach, min. 62), Villalibre y Miguel De La Fuente (Toni Moya, min. 69)

Goles 0-1 min. 129: Villalibre.

Árbitro Francisco José Hernández Maeso

Tarjetas amarillas Rubén Duarte (min. 19), Joni Montiel (min. 91), Pepelu (min. 96), Joaquín Panichelli (min. 100), Iborra (min. 109), Soldado (min. 110), Abdel Abqar (min. 112), Carlos Benavídez (min. 114), Sivera (min. 123) y Mustafi (min. 124)

El Alavés no tenía otra opción que ganar, así que Luis García Plaza decidió que jugaran juntos Miguel y Villalibre, dos delanteros que se suelen alternar. No le quedaba otra al técnico del equipo vitoriano, que planeó un partido al ataque, o por lo menos, cerca del área del Levante. Calleja se lo tomó con más tranquilidad, como si los nervios lógicos en un partido tan trascendente, en el que sus futbolistas atravesaron a pie el pasillo entre los aficionados al entrar al estadio, no le estuvieran comiendo por dentro. A su equipo le bastaba con esperar, que no es lo mismo que atrincherarse alrededor de Femenías.

Buscaba robar el Levante, oxigenaba su fútbol buscando en la izquierda a De Frutos, y eso incomodaba al Alavés, que con la pelota en los pies alentaba la vía rápida a través de Alkain y su conexión con Guridi, mientras Villalibre se transformaba en una roca cuando recibía de espaldas y abría a las bandas.

Fue el punta vizcaíno el que tuvo la primera opción en un balón que le cayó de las nubes. Enganchó el disparo y se le fue alto. Replicó Bouldini de cabeza en un córner y después una contra del Alavés con Miguel De la Fuente, que perdió fuelle al entrar en el área. Por momentos, el Levante tomaba la iniciativa y asustaba Montiel cuando tenía espacios para disparar, pero los centrales alavesistas, muy atentos, se las ingeniaban para tapar los huecos.

La mejor de la primera parte la tuvo el Alavés, en una dejada de Villalibre a Duarte, que con un centro envenenado desconcertó a la zaga granota, se paseó por el área pequeña y el remate sin ángulo de Tenaglia lo sacó Pier con el cuerpo, antes de chocar con el poste. El Alavés inclinaba más el partido hacia su lado, pero sus esfuerzos se estrellaban contra la aparente tranquilidad local.

Pasó lo mismo en el comienzo de la segunda parte. Nada más arrancar, el equipo vitoriano le dio un susto mayúsculo al Levante cuando Miguel encontró el espacio para correr y el hueco para disparar. El rechace de Femenías le cayó a los pies a Rioja, en una posición ideal para poner a su equipo por delante, pero de nuevo apareció el guardameta para salvar a su equipo.

Insistía el Alavés en el área local, y Villalibre tuvo el gol en un remate de cabeza que se le fue muy alto después de un centro de Alkain. Con el cansancio reflejado en el rostro de los futbolistas, en la mayor imprecisión en sus acciones después de un juego intenso, los espacios se abrieron para los dos equipos, y con el Alavés lanzado en busca del gol del ascenso, el Levante pudo sentenciar para su bando en un zurdazo de Montiel en el que Sedlar metió el cuerpo para despejar, y en un contragolpe de Soldado, que disparó demasiado cruzado. Pero en el intercambio de golpes, el Alavés gozó de la ocasión más clara del partido, en una desatención defensiva local, que le permitió a Rebbach buscar el disparo, que se marchó fuera por muy poco.

Pero el marcador no se alteró en los 90 minutos. 180 en total para que ninguno de los dos equipos consiguió marcar. Quedaba la prórroga, y la obligación era del Alavés, que tenía que jugar un partido de media hora para conseguir el ascenso. Para el Levante eran treinta minutos más de sufrimiento.

Y además se fue sin premio. Llegó el penalti en el último suspiro, cuando lloraban los seguidores alavesistas en la grada. Apareció Villalibre, tranquilo como siempre y llevó al Alavés a Primera. “Ha salido perfecto”, confesó el delantero.

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